domingo, 1 de octubre de 2017

Tópicos y sin razones del ateísmo militante ( I)


Tópicos y sin razones del ateísmo militante. (I)
Cada cierto tiempo me cruzo en la calle con un conocido de la infancia, y de la adolescencia, al que me considero muy próximo por muchas razones. Una de ellas es la condición de ex seminaristas, compartida por ambos, aunque la salida del seminario fue distinta en cada caso. Yo deje el Seminario siendo diacono y dispuesto a asumir la condición de presbítero. El dejo el Seminario en plena adolescencia y su discernimiento vocacional y vital lo llevo a convertirse en esposo padre y hoy venturoso abuelo.
El caso es que en esos ocasionales encuentros, este viejo conocido descarga sobre mí un apasionado discurso anti religioso y anti eclesial adobado eso si con declaraciones rotundas de tolerancia y respeto, al tiempo que abusando de reiterados, tercos y marchitos argumentos de su personal confesión de ateísmo firme y radical.
Como esos “argumentos”, a mi entender, dejan un poso caducado y de pésima digestión es preciso que pensemos en ellos para sacudir la pereza mental de quienes los emplean como axiomas indefectibles.
Escribo haciendo un ejercicio consciente de diálogo, pues pienso que los creyentes debemos conocer las razones de la increencia de nuestros contemporáneos. Así podemos ofrecerles la razón de nuestra esperanza. Además todos  incluso los más santos, sabemos la flaqueza de nuestra fe y debemos procurar una respuesta personal,  madura y lucida, para vivirla con la dignidad propia de personas adultas
En sucesivos números de “Pobo de Deus” abordaremos aquí las siguientes proposiciones contra la existencia de Dios
1ª No se puede creer en la existencia de un Dios que permite o controla el mal, pero indiferente ante el sufrimiento de los inocentes y de los niños
2ª La visión científica de las realidades naturales tiene hoy una explicación coherente que contradice absolutamente la versión bíblica de las mismas, en lo referente al origen del cosmos, la aparición de la vida y del ser humano en la tierra, y al movimiento de los astros en nuestro sistema solar. Y los relatos de milagros del Nuevo Testamento son simplemente increíbles
3ª ¿Cómo aceptar la fe pregonada por  una Iglesia históricamente desacreditada por su intolerancia, despotismo, acumulación de riqueza?. Y más recientemente, por la tenebrosa inmoralidad de sus dirigentes, como demuestran los casos de pederastia?
4ª Jesús, si, Iglesia no. El mensaje y  la figura  profética de Cristo merecen asentimiento, pero gracias a la Iglesia las funde, no. Por muchas razones, entre ellas las de la cuestión anterior
¿Qué reflexión provoca en el creyente la existencia del mal y del sufrimiento en contradicción con la existencia de un Dios bueno y compasivo?
Esta es una vieja objeción.  Ya entre los siglos IV y III antes de Cristo, Epicuro dejo formulado su famoso dilema. “Si ante el mal Dios no hace nada porque no puede, no es omnipotente, entonces no es Dios,  si no hace nada porque no se conmueve, es cruel y perverso, entonces no es Dios. La conclusión la pertinente existencia del mal y del sufrimiento demuestra la inexistencia de Dios”
En el fondo de esta proposición subyacen algunas ideas que es preciso aclarar. Por ejemplo todo lo que nos duele es malo.
También que todo lo que nos sucede (bueno o malo) es por voluntad directa de Dios interviniendo en el acontecer continúo de todos los seres y personas. Por último subyace también  la idea preconcebida de que Dios podría haber creado un universo perfecto, donde no hubiera enfermedades, ni limitaciones, ni fracaso, ni muerte
Pero todo ser creado, por ese mismo hecho, empieza a ser, no es eterno. Sería absurda la creencia de una realidad eterna y perfecta. Dios creando otro dios. El universo creado no puede ser un universo sin fragilidades, límites, muerte.
No todo lo que nos hace sufrir es malo. Y muchas veces lo que nos hace sufrir también nos hace crecer como personas. Un ejemplo muy ilustrativo es el de las personas con síndrome de Down. El disgusto producido por el diagnostico, está totalmente olvidado al cabo de los años. A causa de la riqueza humana vivida en la familia, acompañando al mismo tiempo con grandes sacrificios su crecimiento.
Y, ya para acabar la intervención de Dios no tiene porque ser causal y directa en  cada acontecimiento. Las cosas están creadas para funcionar con las energías insertadas por el propio creador.

Publicado en "Pobo de Deus", en gallego, por el Rvdo Padre D.Andrés García Vilariño, párroco de la colegiata, profesor de teología del Hogar de Santa Margarita, y, profesor jubilado de religión de La Escuela de formación del profesorado. En La  Coruña