Hombres de la Biblia. Jeremías
Profeta, de familia
sacerdotal, es decir de familia
acomodada en su época, recibe su vocación muy joven, y, se revela
No tiene ganas de meterse en líos
Sus anuncios en un principio no
se cumplen, habla de tragedias si se rebelan contra los reyes extranjeros,
anuncia que el rey ira cautivo, y, eso basta para que lo ven como un enemigo, o
un loco
Intentan matarlo varias veces,
sin conseguirlo, él mismo duda en ocasiones de su palabra, desea no haber
nacido
Los reyes se suceden ante sus ojos; y, por ejemplo el Rey Joaquín es un
rey que pasa de sus oráculos, no dudara en rasgar el papiro que le manda
Jeremías y arrojarlo al fuego
Pero Jeremías no puede como
profeta dejar de hablar,
“Me sedujiste Yhv y me venciste, me decía no hablaré,
pero eras en mí, como, Fuego abrasador”
Ay Jeremías, sin saberlo
anunciaba ya Pentecostés, cuando el Espíritu Santo, que hablo, y, habla por los
profetas, se manifestase en lenguas de fuego
Ese Fuego divino, que no permite
callar la injusticia, la mentira, que enfrenta al hombre con su maldad, y, con
el castigo que él mismo, se dará, pero pocas veces los hechos suceden en vida
del profeta, que como Jeremías es visto como un loco
Jesús será identificado con él
Aunque la Biblia no dice como
murió, sin embargo la Tradición, dice que murió lapidado a los 72 años
Vería a su pueblo marchar cautivo
a Nínive, al rey ciego, a los príncipes muertos
Pero daría un mensaje de
esperanza, si no se revelaban volverían a reconstruir Jerusalén, ahora ya
sabían que Dios si cumplía lo que decía Jeremías, habían sido ellos y sus reyes
los que se habían fraguado su desgracia
¿Y, ahora escuchamos a los
profetas, y, los profetas tienen el valor de hablar, o saben apagar El fuego
del Espíritu?