viernes, 13 de octubre de 2017

Cuando la Iglesia sirve al poder




Cuando la Iglesia sirve al poder
Decía hace años, un sacerdote profesor mío de religión, y, un santo, que lo peor que le había pasado a la Iglesia no eran las persecuciones, sino todo lo contrario, el apoyo del César, naturalmente yo entonces no le entendía, así que poco caso hacía a sus palabras que no obstante me quedaron grabadas.
No sabía yo entonces que en España se estaba dando, en aquel entonces el “nacionalcatolicismo”; que tanto daño hizo a la Iglesia,  y a los cristianos de España, que identificaban a la Iglesia con el poder político
Esto no solo fue malo entonces, sino que en muchos creo tal confusión que al legalizarse el aborto pensaban que era un acto moral, por estar autorizado, por el poder legislativo del país
Pero no fue solo en la época de la dictadura, cuando La Iglesia cometió, el pecado del cesarismo, aunque en menor medida, lo hizo cuando acepto que el jueves de la Ascensión pasase al domingo, cuando los 40 días caen en jueves, y lo mismo con el Jueves de Corpus, pero esto aunque parezca grave no lo es tanto
Peor fue en Francia cuando se legalizo el aborto hasta las 10 semanas, que la Iglesia  francesa, lo defendió como algo positivo, porque ayudaría a resolver situaciones dramáticas, eso si después decía que no era la mejor opción para un cristiano; algo vergonzoso
Ahora en Cataluña, muchos obispos, monjes se han puesto del lado del señor Puigdemont, que no tiene ninguna razón en vez de defender la verdad, y, orar por la paz
Porque la Iglesia me refiero  a la jerarquía no debe ser por supuesto enemiga del poder político
Pero si libre
Libre para anunciar la verdad, defender la moral, y llamar al pan, pan, y al vino, vino
Libre para oficiar funerales  en caso de tragedias, no actos de folclore político,  en realidad se debería prohibir a los políticos que no sean creyentes, o que hayan aprobado leyes inmorales, como la del aborto que asistan a estos actos, y, de no poder prohibírselo, cantarles  las 40 en el acto que fuese, y, desde luego, no darles la comunión, como la negación resultaría muy escandalosa, retirándose cuando fuesen a comulgar
Naturalmente si los políticos en esa tesitura, tuviesen vergüenza no irían a los actos litúrgicos
Naturalmente la Iglesia no se debe inmiscuir en las acciones de gobierno, salvo  cuando vayan contra la ley natural
Ni el gobierno en las de la Iglesia o cualquier comunidad religiosa, salvo cuando atentasen contra el bien común
Un político si es católico y se porta como católico es un católico más
Tampoco debe la Iglesia dar opciones de voto, porque todo cristiano que lo sea de verdad sabe lo que debe hacer
Sobre temas como acogida a refugiados, el político, el gobernante se tiene que guiar por la prudencia política, que a veces le llevará a rechazar a los inmigrantes refugiados, porque primero tiene que mirar por los suyos
Si el poder civil y el religioso no se mezclan será bueno para los dos, lo malo es que tienen tendencia a juntarse y eso lo estropea todo