No había sitio para ellos
Y no lo hubo para Jesús que no
tenía donde reclinar la cabeza
Ni para su Iglesia recién nacida
que tuvo que lanzarse al mundo y meterse en las catacumbas
Ni para los que confesaban su
Nombre que eran muertos
Ni para los que se oponían a la
opresión, la injusticia, incluso sin conocerlo a él “visiblemente”; es decir sin ser cristianos
Ni para su pueblo que un loco
demoníaco quiso borrar del mundo, para dejar su Iglesia sin raíces y
hacerla caer
Ni la hay para muchos cristianos hoy
en Corea, México, Venezuela, Oriente, que viven el Evangelio
Ni hay sitio en nuestra sociedad
para los que dicen, hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, que lo
dicen y lo hacen
Sigue sin haber sitio para ellos,
para Jesús, y sus padres