Con Jesús sabemos que tras la
noche, viene la Luz
Lo sabemos porque él que paso
también su “noche oscura”; nos lo ha demostrado, y nos lo ha dicho, es La
Verdad, por ello no miente
Jesús se vio solo, enteramente
solo, condenado por su pueblo, mejor dicho por las autoridades religiosas de su
pueblo, condenado por blasfemo, condenado a la muerte más ignominiosa la muerte
de cruz, sabiendo lo que proclamaba el Levítico, “Maldito quien cuelga del
madero”
Abandonado por los suyos, salvo
su madre, y, ya se sabe una madre es una madre, pero el resto incluso los que
estaban allí lo hacían por piedad, por cariño no por fe que aún no tenían
Abandonado en apariencia por Dios
su Padre, que no intervenía de ningún modo
Vencido por la muerte
Y, sin embargo venció a la muerte
para siempre, la venció de verdad no en el corazón ni el recuerdo de los suyos
Dios lo exalto a su derecha lo
sentó en su trono, lo hizo juez de vivos y muertos
Lo hizo Luz del mundo, de modo
que quien lo rechace se queda en las tinieblas.
Jesús nos demuestra que por mal
que vengan las cosas, por noche oscura que haya, al final La Vida vence, La
Resurrección vence, La Luz acaba con las
tinieblas, una semana de pasión, una eternidad de gloria, paga la pena