La mayor necedad es olvidar que
soy criatura
Ese fue el pecado de origen, y
todos sus derivados, porque si uno olvida quien es; acaba haciendo lo que no
debe, si olvido que soy criatura, por pura lógica, llegare a la conclusión
de que soy Criador, de que soy Dios, y, como soy dios, pues puedo disponer de
todo lo creado a mi antojo de la vida, y de la muerte; puedo manipularlo, puede
decidir que es una familia, no hay nada, por encima de mi
Yo decido, quien nace, o quien
muere, cuando una vida tiene sentido, y cuando no, que es un hombre, y que es
una mujer
Los reyes antiguos, salvo los de
Israel, solían obligar a su pueblo a que le diesen culto como a un dios, de esa
forma, si los creían dioses aceptarían todo lo que mandasen
Ahora no lo hacen así a lo bruto,
pero lo hacen igual
Deciden cuando empieza la vida
humana, y cuando se puede acabar con ella, legalización aborto, y eutanasia,
deciden incluso acabar con la muerte para siempre, para los que ellos decidan,
no lo han conseguido pero están en el intento
Cambian los modos de engendrar
los hijos, vientres de alquiler; donación de óvulos
Seres humanos engendrados para
curar a otros
Manipulación de la naturaleza
Deciden cuando un hombre puede
dejar de serlo, aunque en su naturaleza lo siga siendo
Del primer intento, sufrimos aun
ahora las consecuencias, del segundo, que fue la Torre de Babel, bueno se han
beneficiado las academias de idiomas
Pero siempre perdemos, porque
somos criaturas, semejantes a Dios, porque Él nos hizo así, pero a distancia
infinita, y, cuando jugamos a ser dioses
nos destruimos
Pero no solo está el peligro en
creernos dioses, si no en seguirle el juego a los locos que se creen dios,
olvidando que fuera de Dios, no hay dios, solo Dios es Dios; y, al hacerlo
respetar primero sus leyes, obedecerle a Él el primero por mucho que digan lobbies,
políticos y demás escoria de la
humanidad