miércoles, 26 de julio de 2017

Jesús y María, también se preguntarían muchas veces dónde estaba, El Padre


Jesús, y, Maria, también se preguntaron, muchas veces, dónde estaría el Padre
De Jesús, lo sabemos abiertamente en la cruz, si es cierto que rezaba el salmo 23, pero él no decía lo que no sentía, y lo dice bien claro, “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”
Antes en el huerto le había pedido le alejase el cáliz, si bien sometiéndose a su voluntad
Pero en momentos menos dramáticos, cuando Pedro lo tienta, tratando de apartarlo de la Cruz, cuando lo intentan hacer rey, y, la salida es huir
Y, muchas más Maria, aunque no se diga abiertamente, al poco de nacer Jesús, se le anuncia que será discutido, que una espada atravesara su alma, tienen que exiliarse en Egipto, su hijo del que Gabriel le dijo, sería llamado “hijo de Dios” es despreciado por las autoridades religiosas, de su pueblo y, acaba en la cruz, el suplicio de los malditos, y, Dios no interviene, no hace nada
Cuando el hijo resucita, y asciende al Cielo, es ahora la Iglesia, que es su continuación la que es perseguida, y, nada, si María también preguntaría, “Donde estas Señor, donde estas Padre. Y el Padre le recordaría, que estaba con ella, como siempre, como esta con todos sus hijos, como estaba con Jesús en todo momento

Por eso, las dudas, las inquietudes de fe, de fiducia no son pecado, el pecado es la negación de la verdad revelada, pero no la noche oscura, no el miedo, no el no sentir su presencia, el dudar si quererlo de ella