domingo, 13 de agosto de 2017

Todos dependemos en todo



Todos dependemos en todo, unos  de otros
Y, esto a todos los niveles, el ser humano es un ser dependiente de su misma especie, puede estar un tiempo solo sin contacto humano, aparente, pero si este se prolongase demasiado sucedería la locura
Los animales acompañan, pero no son compañía, y no lo son, porque aún siendo criaturas igual que nosotros, hay un salto, de unos a otros, un perro, o un gato pueden estar tristes si te ven triste, o alegres si te ven alegre, pero nunca diferenciaran si estas triste por una película, porque perdió tu equipo, o porque se te ha muerto alguien, lo mismo vale para la alegría
No pueden aconsejar, ni reprender
Esta es una de las primeras enseñanzas de la Biblia, Dios hace pasar ante el hombre a todos los seres vivos, y, no hay ninguno semejante a él, y, entonces Dios que ha decidido que no es bueno que el hombre este solo, crea otro ser humano, en este caso la mujer
Y, desde entonces dependemos de los demás, y los demás de nosotros
Nacemos de unos seres humanos, que nos crian educan y transmiten la primera fe
Otros seres humanos sacerdotes, educadores, maestros formadores,  dan forma a nuestra mente, nuestra inteligencia,  nuestra fe
Otros cuidan nuestra salud
Dependemos de los que cultivan la tierra
De los que conducen el transporte
Y, tras la salida de este mundo seguimos dependiendo
Si hemos aterrizado en el Cielo, de los que glorifiquen a Dios por haber tenido misericordia de nosotros
Si optamos por el salón de belleza, del Purgatorio, dependemos de los de la tierra, y de los del Cielo
En el único sitio que no se depende de nadie, ni nadie depende de uno, porque solo hay odio y egoísmo es el Infierno
Pero en el Cielo, en la tierra, en el purgatorio dependemos unos de otros, y todos juntos de Cristo, a esto se le llama Comunión de los Santos, los no creyentes que sólo lo conocen a medias lo llaman, “Solidaridad”
Es tan importante que el 2º precepto que resume la Tora, el Decálogo, es este, “Amar al prójimo como a ti mismo”, porque al amar al otro, te estas amando tú mismo”