La humildad de Maria, ante las
ocurrencias de Jesús
María es la criatura humana más
humilde después de Jesús, que es también criatura humana, y, Jesús tiene digo,
tiene porque esta vivo, y es el mismo, muchas ocurrencias
Cuando vivía físicamente en la tierra,
ahora vive gloriosamente en los Sagrarios, tenía salidas muy simpáticas, pero
que sus interlocutores a veces no entendían
Por ejemplo un día fueron a
buscarlo unos parientes que habían obligado a María que los acompañase, querían
que volviera al pueblo, y, no diera más que hablar, enfrentándose a los
poderosos
Las personas de la casa donde
estaba, le dijeron, que su madre, y sus hermanos estaban fuera, no hay palabra
para primos, tíos, ni tampoco para abuelo, abuela
La respuesta de Jesús fue
¿Quién es mi madre, y, mis
hermanos, éstos los que hacen la voluntad de mi Padre, esos son mi madre y mis
hermanos?
La Virgen María, no protesto,
pero tampoco se hizo un panegírico de si misma, no dijo, es que mi hijo sabe
que yo siempre hago la voluntad del Eterno, no, ella se dejaba en los brazos de
Dios, su conciencia estaba tranquila, sabía que era la madre de Jesús, lo había
parido, pero también lo sentía como hermano, pues sentía que Dios era su Padre,
no como lo había sido Joaquín, pero si su padre, no entendía lo que decía
Jesús, pero si Él lo decía era cierto, ella se alegraba de que no volviera a
Nazaret
Otro día, una mujer lo alabo
diciendo
“dichoso el seno que te llevo, y,
los pechos que mamaste”, la respuesta de Jesús fue, “Más dichoso quien oye la
palabra de Dios, y la guarda”
Tampoco María entendía, pero le
gustaba oírlo, Ella cuando Gabriel, le había dicho al Ángel, sin saber muy
bien, a que se refería este, “Yo soy la esclava del Señor, hágase en mí, según
tu palabra”, la esclava la que no tiene más voluntad que su dueño, claro que su
Dueño era Dios, la palabra, y, ahora su Hijo, hablaba de la palabra de Dios,
que los otros rabinos decían que era la Thora, Ella la meditaba, y, no entendía
a Jesús, pero le gustaba lo que decía, en Pentecostés comprendería, que Ella no
sólo había guardado la Palabra de Dios sino que le había dado carne
La última ocurrencia, en esta
tierra fue en La Cruz
Jesús miro para su madre y el
discípulo amado, y le dijo a María, “Mujer ahí tienes a tu hijo”, lo normal
sería que le hubiese dicho, ahí tienes otro hijo, pero “a tu hijo”, su hijo,
era él Jesús
Claro que esto María si, lo
entendió
Ya lo habían hablado, lo hecho a sus hermanos, a los otros, era hecho
a él mismo, él era ahora juan, María tenía que cuidarlo como hizo con Él, lo
entendía, pero no lo comprendía, pero como siempre decía, su Fiat