Cuándo fue mi primer encuentro
con Jesús, consciente de que era él
No, hablo de la fe de la infancia
que era un poco la de la familia, catequistas, maestros, mejor dicho maestra,
porque esa fe, que si era fe, no se diferenciaba mucho de la creencia en los
reyes magos, las hadas
Sino al encuentro con Jesús, a
saber que era él, que estaba ahí
Así a lo grande ninguno
Pero si los hubo, y, los hay,
vienen siempre cuando lo necesito, pero en el momento que no lo busco
El primero al que voy a
referirme, otro día le tocará tal vez a otros, fue por medio de una profesora
de religión
Yo tenía buenas notas en
religión, pero porque me gustaban las historias de la Biblia, del mismo modo
que los tebeos que leía, iba a Misa si llovía, eso si, me declaraba católica y
superformada, lo propio de una cría adolescente, la asignatura de religión era
una más, que encima era más fácil que la lengua, o las matemáticas
Pero llego Conchita, doña
Concepción, a la que habíamos puesto el mote de “La Popea”, un día tras la
clase se quedó hablando con nosotros como hacía otras veces, y, fue
preguntándonos, qué importancia le
dábamos a la religión, si pensábamos que aprobaríamos, no recuerdo las
respuestas que hubo, ni la mía siquiera, sí que todos respondimos, al menos la
mayoría, que esperábamos aprobar, ella nos miró
y dijo, “¿El examen final?”, si claro respondimos, puede que fuera, “Sí,
señorita”, ella volvió a preguntar. ¿El final, el Final, Final? Un compañero se
adelantó y dijo, Cuántos va haber señorita
Solo uno, que importe solo uno,
lo de junio es una evaluación eso es lo de menos, me refiero al que se os hará
al final de vuestra vida, él que se nos hará, cuándo Jesús nos pregunte, si
hemos vivido como Él, y, con Él. Aquí hizo una pausa, y prosiguió, yo aquí os
enseño unos conceptos, pero la religión no es una asignatura; es la vida, en el
caso de la religión cristiana, que es la nuestra es la vida, en Cristo, yo
trato con la ayuda de Dios, de ayudaros a que sepáis buscarlo, dejaros
encontrar, como recibir sus sacramentos, como encontrarlo en la Biblia, que no
es un libro de historietas, pero el resto tendréis que hacerlo vosotros, yendo
a pasar exámenes parciales muchas veces al confesionario, para que al final si
Dios quiere se os conceda Matrícula de honor, y, si no, por lo menos
Sobresaliente, pero tampoco hay que alarmarse si estáis en simple aprobado, hay
sala de mejora, o recuperación, el purgatorio. Procurar que por vuestra culpa,
no se os suspenda, porque solo vosotros seréis los responsables de vuestro
infierno no Dios. La religión no es como la geografía o la historia, para tener
conocimientos, es para vivir con Dios y frente a Dios, no importa mucho ni poco
que sepáis datos, si no que viváis el Evangelio, y, si sabéis muchos
datos, pero vuestra vida es como la de
un ateo, sois unos ignorantes, y, no sabéis nada. Santa Teresa dice, “Al final
de la jornada, aquel que se salva, sabe, y, él que no, no sabe nada”
No digáis nunca que sois expertos
en religión, los únicos expertos en religión son los santos del Cielo, decid pero
sobre todo vivirlo, que sois personas que con la ayuda de Dios, se esfuerzan
por vivir de acuerdo con su fe, y, por eso se forman día a día, aunque ya
tengan 90 años
Salí cambiada de aquella clase,
me sentía bien y mal, mal porque había perdido mucho el tiempo, bien porque ya
sabía lo debía hacer, me equivocaba un poco, pero eso es otro tema
Pero había descubierto a Jesús
vivo, me acababa de hablar por mi profesora, la religión no era un juego, ni
una asignatura, era es el encuentro con Dios