sábado, 19 de agosto de 2017

Cuidado con el orgullo



Cuidado con el orgullo, a veces “duelen tonterías”, se quiere ser la guinda del pastel siempre
El orgullo no es sólo creerse más que otros, puede ser creerse más víctima, más mártir que otros, cuando no se es ni una cosa ni la otra
Los que lloran son bienaventurados, pero no los tontos, resulta ridículo a veces ver personas, que hacen una llorera de cualquier tontería, de que perdió su equipo, de que le despintaron las uñas, de que su peinado les duro menos que un voto a la puerta de un político
Otros en redes sociales, lloran y lamentan porque les ha muerto el perro, el gato, el caballo, y lo malo no es que lloren es que digan que es el mayor disgusto en su vida, y viendo su edad, una dice, “pues ya era hora”, porque si a los 40, 60, 70 y más el disgusto mayor, con ser disgusto es que se te haya muerto el perro, o el gato, pues es que tu vida, como la de Adán y Eva en el Paraíso, vamos dicha completa, porque si no, más penas habrás tenido cuando se te haya muerto, un familiar un amigo
Luego están los que lloran o se lamentan porque nadie los lee, porque pierden amigos, amigos que no saben ni quiénes son, etc.
Yo entiendo que uno sufra si su familia no le habla
Entiendo que sufra si sus amigos pasan del, los amigos que están en la Agenda
Hasta entiendo que sufra, si su tendero no le devuelve el saludo
Ya menos la chica del súper
Pero que le duela lo olviden personas de foros, de Facebook, eso ya es ridículo

Y, es creerse la guinda del pastel, y de verdad no lo somos nadie