Sin, su Sí, no habría sido
posible, Abraham, Moisés, María
Si, Abram, hubiese seguido en Ur
de Caldea, le hubiese dicho a Dios, “No me líes, no me compliques la vida, se
hubiera quedado con sus dioses de toda la vida, nunca habría existido el pueblo
de Israel, ni Moisés, ni María, y dentro del plan de salvación que se nos ha
revelado, Jesús nunca hubiera nacido, y nunca hubiéramos sido redimidos
El primer paso de nuestra
salvación, dependió del, “Si” a Dios de un
cananeo pagano
Si Moisés no le hubiera hecho
caso a Dios, y, liberado a su pueblo, hubiese sucedido lo mismo, la fe judía ya
débil se acabaría absorbiendo por la fuerte religión egipcia
El Sí de Moisés, a Dios fue otro
paso en nuestra salvación
Pero si con el Sí de Abram, ahora
Abraham, el de Moisés, aquella jovencita llamada María; le hubiese dicho a
Gabriel, “lo siento, pero tú no me complicas la vida, búscate otra”
El Verbo no se hubiese podido
encarnar, Jesús no habría nacido, y todos, todos estaríamos condenados,
enemigos de Dios para siempre
María como sus antepasados, sólo
dijo “Si”, Fiat; pero con eso lo dijo todo, trajo la Salvación al mundo
A veces, bueno a veces no,
siempre lo que Dios espera de nosotros, es simplemente que le digamos, “Sí”
confiemos en Él, y le dejemos hacer, que no indica pasividad
Aprendamos de Abraham, de Moisés,
pero sobre todo de Mamá María