El pecado primero fue olvidar que
somos criaturas, y, querer ocupar el lugar de Dios
Esto fue el pecado original; y,
todas las sucesivas copias, la primera copia, fue el crimen de Caín, la segunda
la Torre de Babel, y, las últimas las de ahora
Adan y Eva, es decir la
Humanidad, porque eso eran, lo tenían todo, todo lo que precisaban para ser
felices, y, transmitir felicidad, todo, y, no, no tenían dones preternaturales
invento de los teólogos, ni los precisaban, su relación con Dios, y entre ellos
era idílica
Pero hay, apareció, él de
siempre, “el incordiante”, el diábolo, él que divide, y, con su estilo de
siempre, que no lo ha cambiado, porque salvo excepciones le funciona de perlas
Les dijo, con su disfraz sinuoso
de serpiente, de ser rastrero
¿Con qué os ha dicho Dios, que no
comáis de ningún árbol?
Vamos que os han sacado la
libertad, (venía a decir)
Una parte de la humanidad, a la
que el autor del texto sagrado; llama Eva; en vez de mandarlo a tomar viento,
le dice
“No podemos comer de todos los árboles,
sólo del que está en medio del jardín, nos ha dicho Dios, que no comamos pues
moriremos”
Que vais a morir ya lo sabe Dios;
al contrario seréis como Él, conocedores es decir dominadores del Bien y el Mal
Y, Eva comió, y dio de comer a
Adan, entro el desorden en el mundo, entro el pecado, que ahora está herido,
muerto aunque aún sigue dañando a quien se acerca que como somos tontos somos
todos, pero fue ya vencido por un Hombre, que en vez de dialogar con La
Serpiente, le dijo, muy clarito, “A Dios sólo servirás”