viernes, 10 de febrero de 2017

De la religión a la Fe






De la Religión a la fe, creer en algo, búsqueda de consuelo, idolatrías, fe infantiloide
Hay que dar un salto, de la religión a la Fe, a la Fe verdadera, que es la que  implica la fiducia, no sólo creer en Dios, si no creer a Dios, y creer por Dios, y con Dios
Dar el paso, de la Fe infantiloide a la fe adulta, de una religión para estar contentos, que no implica, que no compromete, una religión con los ídolos que uno se ha hecho, a los que uno maneja a su antojo
A Dios, no, a Dios no se le maneja
Una fe infantiloide es aquella que te lleva a encerrarte en ti mismo
A darte ya por contento, lo sabes todo, no precisas nada más, tus rezos cuando precisas algo, que si no obtienes hará tambalear tu fe, o te llevara a una depresión pensando lo malo que eres, cuando Dios no te escucha, una oración en la que la dimensión bíblica está ausente, en donde se practica, “te doy para que me des”
La del avemaría a San José, el Padrenuestro a la Virgen, el ir descalzo en la procesión, como penitencia, aunque luego se dejen otros sacrificios que servirían al prójimo para algo
Una religión que nunca producirá mártires, porque sólo se persigue a la verdadera Fe, y, esta no lo es
Por eso es preciso dejar de ser niños, niños si ante Dios, pero adultos en la Fe ante el mundo, cristianos que saben dar testimonio de su Fe, de obra y de palabra, con La Palabra, que no se dejan amilanar ni vencer por nadie, podrán matarlos, pero sólo eso, y, la resurrección está garantizada
Cristianos que oran, si también rezan pero sobre todo oran, escuchan a Dios, piden, si piden lo que se les ocurra, pero sobre todo, que se haga su Voluntad, Fuerza para vivir el Evangelio, y perdonar, que dan gracias
Si, tienen intercesores pero no ídolos, por ello, rezan el Padrenuestro con San José, no a San José, piden su intercesión, no su intervención omnipotente
No le piden a Dios que acabe con la injusticia, si no que les de fuerzas para acabar ellos
Les interesa más el estudio de la Biblia, y la oración con la Biblia, que las últimas revelaciones privadas, sin que desdeñen estas, siempre que no pisoteen la Escritura, ni la Iglesia, de la que se saben miembros