No hay
puerta que se te cierre Señor
A Jesús es imposible cerrarle la puerta; él entra aunque todo esté cerrado a cal y
canto, se hace presente en medio de los suyos, y, si te escapas al jardín, te
caza allí, y te manda de nuevo, a los hermanos, a decirles que él los espera,
donde empezó todo
Sin embargo,
Jesús no se impone, y, si uno no quiere trato con él lo respeta, basta que se
le diga, “no quiero nada contigo”; para que te deje
Y, esto se
lo digo, cuando rechazo amar, y ser amada, cuando no busco agradar a Dios, si no a la gente