viernes, 23 de septiembre de 2016

Señor, es imposible cerrarte las puertas





No hay puerta que se te cierre Señor

A  Jesús es imposible cerrarle la puerta;  él entra aunque todo esté cerrado a cal y canto, se hace presente en medio de los suyos, y, si te escapas al jardín, te caza allí, y te manda de nuevo, a los hermanos, a decirles que él los espera, donde empezó todo

Sin embargo, Jesús no se impone, y, si uno no quiere trato con él lo respeta, basta que se le diga, “no quiero nada contigo”; para que te deje


Y, esto se lo digo, cuando rechazo amar, y ser amada, cuando  no busco agradar a Dios, si no a la gente