Nuestro mal, mi mal repercute y
daña a los otros, y, al revés y lo mismo
sucede con el bien
No es que los demás sean
castigados o premiados por lo que yo haga, o deje de hacer, o a la inversa; es que se produce como
un atasco, como cuando una tubería se atasca por algo que impide correr el
agua, el mal que yo haga, o, él que pueda hacer otro, aparte del mal ejemplo;
del escándalo, de hacer que se minusvalore el bien, impide que las gracias que
se necesitan no lleguen, que haya como un atasco en el Cuerpo místico
Con el bien sucede lo mismo, pero al
contrario, hace que las gracias, la Gracia venga sobre todos, como un torrente,
y, es que el mal que yo haga, que haces tú, es casi propiedad privada, El bien,
es hecho por Él, por nuestra Cabeza, ya
que si no es así, no es bien, aunque lo parezca, por eso, repercute para bien,
a todo el Cuerpo místico