domingo, 25 de septiembre de 2016

Enseñar



Enseñar al que no sabe

La primera obra de misericordia espiritual; enseñar no corromper porque quien enseña el mal, no enseña pervierte, corrompe.

Enseñar es labor de docentes, maestros, profesores, catedráticos, de padres, madres, abuelos, tíos

De catequistas, sacerdotes, religiosos, el primero el Papa

Y de  todo cristiano, bueno de todo judeo cristiano, de todo creyente en el Dios de Abraham

Naturalmente se requiere voluntad,  es decir comunicar una verdad no tiene porque  ser religiosa a otro que no la sabe y debería; no se cumple  si el otro aprende de lo que oye, pero no hay voluntad en el que habla de enseñar

Pero esta obra de misericordia tiene su revés, dejarse enseñar; porque si no, pondría a unos sobre otros, y, no es así

Enseñar digamos que es hasta fácil, dejarse enseñar no lo es tanto, y, requiere un poco de humildad

Sin embargo es la otra cara de la moneda

Dejarse enseñar

Reconocer que no se sabe, incluso ante aquellos  hijos, nietos, alumnos, catequizados, que parecían estar por debajo

Reconocer las equivocaciones

Preguntar a quién uno piense pueda saber aquello que  uno necesita conocer

Y, agradecerlo aunque sea a la persona que nos dice, “Esa no es la cola de los pedidos”

“Enseñar al que no sabe, dejarse enseñar por él que sabe”