domingo, 27 de febrero de 2022

Ser pobre en el espíritu es


Ser pobre en el espíritu es reconocer la dependencia propia de Dios y del prójimo con alegría
Según las meditaciones y catequesis del Papa Francisco
Es decir ser pobre no es odiar el dinero, ni tirarlo por la ventana, eso es ser majara
Mucho menos es ser apocado, eso es una enfermedad mental
Ser pobre en el espíritu que no de espíritu es algo mucho más grande y más difícil, porque choca de bruces con la soberbia
Es reconocer que dependemos de Dios en todo como criaturas, como decía aquel sacerdote y escritor, no recuerdo ahora el nombre, “Dependes de Dios hasta para ofenderlo”
Si mi corazón esta latiendo ahora, es porque Dios lo está haciendo latir, me esta recreando, sosteniendo
En el terreno moral, si puedo obrar es porque Dios esta sosteniendo mi libertad, sí obro según el querer de Dios, es porque él me ayuda con sus gracias
Y, no sólo de Dios, dependo, dependemos porque Dios así lo quiso de otros seres humanos, dependemos de los padres, para existir, de los maestros, de los educadores, sacerdotes, etc.
Y, la pobreza en el espíritu es reconocerlo, no rebelarse contra ello, no intentar ser independiente absoluto, porque es imposible
Saber pedir ayuda cuando se precisa, agradecerla cuando nos la ofrecen
Y, estar contentos por ello
El mismo Dios cuando se hizo hombre, dependió de otros seres humanos, y, no se avergonzó de pedir ayuda
Saber en el fondo del corazón que somos pobres y precisamos a Dios y a los hermanos
Y, eso lleva a agradecer, a decir. Gracias

Nota el sacerdote se llamaba. p. Martín Vigil