Confiar en el Evangelio no en los poderosos.
Dice un salmo, que mejor es confiar, fiarse del Señor que fiarse de los jefes, por los jefes se entiende a los poderosos; los poderosos del mundo
A veces podemos tener la tentación de fiarnos de ellos que prometen el oro y el moro, o que amenazan, que también lo hacen, parece que tienen mucho poder, pero su fin será el Infierno, si no cambian
Muchas veces ni llegan a poder hacer lo que prometen porque entre ellos se quitan del puesto, o, el diablo los lleva al Infierno, y, sus amenazas, lo máximo que pueden hacer es matarnos; y, como dijo el mártir
“La vida pueden quitarnos, pero más no pueden”, y, tras la muerte nos espera la Resurrección
Hay poderosos que son buenos, pocos, pero hay, que buscan usar el poder que Dios les da y el pueblo, para hacer el bien, para que triunfe la Justicia, fiarse de esos es bueno, además esos no abandonan para irse al Infierno, Dios los llama para llevarlos al Cielo, esos no amenazan, y, si ahi podemos fiarnos y colaborar con ellos, no sólo podemos debemos hacerlo, pero eso, es también confiar en Dios. Lo malo es que de estos hay muy pocos.