San José nos enseña a poner siempre delante a Dios a hacer lo justo.
San José es un excelente maestro, San José de verdad el esposo de María, el papá de Jesús, “el tatarabuelo de San José”, que aparece en algunas estampas, y en los apócrifos no, ese, pobre viejito, inexistente
Pero San José es otra cosa
Y, una de las que nos enseña es a poner a Dios siempre por delante, si se lee bien el Evangelio, se vé, que este hombre, este judío santo, esta como conectado con su Dios
Primero es un hombre reflexivo, no un atolondrado, así cuando sabé del embarazo de María, piensa en como repudiar la, divorciarse, sin dar la razón del mismo; para proteger a María y a su criatura
Otro hombre se habría acogido a la Ley y la habría denunciado por adultera, José no, José piensa en los demás
Pero una vez que Dios le habla, el Ángel es la Voz de Dios, actúa de inmediato, no va consultar, no lo piensa, no actúa, es su Fiat, porque lo mismo que María, José, San José también pronuncia su Fiat, pero es un fiat, silencioso
Y, no sólo ahi, cuando tienen que exiliarse, cuando tienen que regresar de Egipto
Pero también en la vida ordinaria, acepta ver crecer a Jesús como un niño normal, y, cuando en la Pascua se pierde, bueno se pierde, hace una gamberrada, algo propio de un pre adolescente, no se queda esperando milagros, lo busca con su esposa, 3 días angustiosos
Aquí Dios no le mando por un Ángel, sino por el corazón de padre que le había dado
Dejemonos enseñar por San José, él este carpintero judío, enseñó al Maestro.
