miércoles, 9 de febrero de 2022

Abrir el corazón a gestos profeticos

 

Abrir el corazón a gestos proféticos
Antes de nada, definir lo que es un gesto profético, un gesto profético es aquel por el cual Dios habla, pero hablá para exhortar, animar, corregir, avisar. 
No es la propia conciencia, no es la creación en la cual Dios nos habla; incluso si vemos ahi un aviso, ahi estaría la mirada profética
El gesto profético parte seres humanos ya a modo individual o en grupo
Por medio de los cuales, sin ellos pretenderlo, incluso pueden pretender lo contrario, sin necesidad de que sean santos, Dios nos esta exhortando, animando, corrigiendo, avisando, no del fin de nada, sí no del camino que hemos tomado, de lo que estamos haciendo mal o bien
Abrir pues el corazón a los gestos proféticos que hacen los seres humanos, La Iglesia, la sociedad, el mundo, los que lo conforman; es ver en cuáles se manifiesta lo que Dios quiere, el Evangelio, cuales traen paz, que no modorra de borrachos, cuales implican que el mal o el bien se están manifestando, y, por lo tanto en el caso del mal, hay que luchar con Dios contra el mal
En cuales Dios nos esta avisando de que eso es lo que quiere, y, en cuales de acuerdo a La Escritura, nos avisa de que estamos atrayendo la destrucción
Por eso p.e. El transhumanismo, desde la fibe, el cambio de sexo, los falsos hombres embarazados, nos están avisando. ¿Acaso no dice Jesús en el Evangelio, según San Mateo, “ harán señales y prodigios, para inducir a error si fuera posible, aún a los mismos elegidos”?
A qué error al de pensar que la ciencia todo lo puede, que todo es lícito, que Dios no hace falta, que somos dioses, y, lo hacen con esos gestos, el gesto profético son ellos mismos, por los que Dios ahora nos hablá, y, nos dice “No los temáis no son dioses, son solo monas, son esclavos de satán, a los que Jesús quiere liberar, no acepteis sí no oponeos a todo lo que hacen, aunque os quiten la vida, porque, “Yo Dios, como a Jesús os resucitaré”
Pero también es gesto profético la acción buena, hecha por personas de cualquier religión, o sin ninguna, y, por supuesto de La Iglesia, que en su vivir diario, muestran el bien, enseñan con su vida, como Dios cuida, como amar a Dios en los otros.
De estos hay muchos más que de los otros, pero hacen menos ruido
Ahora pedir luz al Espíritu Santo, para saber verlos en el día a día.