Dios infunde respeto perdonando
Así lo ora el salmista, “si llevas cuenta de los pecados, Yhv, quién podrá resistir, más de ti, procede el perdón así infundes respeto.
Parece un contrasentido, una persona que perdona, parece que está incitando a la rebelión, total te va perdonar igual
Y, esto es porque confundimos el perdón de Dios, “él no me entero, de lo que hacen”; y, no es así. Dios no es un viejito con alzheimer ni un niño sin uso de razón, Dios es Dios
Y, no perdona a quien no quiere ser perdonado
Si una persona, si yo me obstino en el mal, si no pido perdón sincero, y, el perdón sincero es él que en primer lugar deja de hacer el mal, busca sus raíces para no volver a cometerlo
Entonces sí, Dios perdona, y es precisamente ese perdón obtenido además por su Hijo en La Cruz, lo que hace si el arrepentimiento fue sincero, que se procure no volver a ofenderlo, y, si se vuelve a hacer, que por desgracia se hará, duela más que la primera, porque precisamente el haber fallado a Alguien que nos ama tanto, y, que podría destruirnos, tiene que hacer que duela ofenderle, y, así con su Gracia los santos poco a poco, vencieron con Cristo el pecado
Porque arrepentirse no es ir le contar al cura en el caso de nosotros los católicos, las últimas fechorías, y, volver a los 7, 15, etc. días con el mismo rollo, no y, eso no perdona por mucha absolución, es tener dolor sobrenatural, es ver las causas por las que actué así, lo que se llama ocasión, los riesgos que tengo si no cambio la situación de volver a pecar en esa misma cuestión, que medios para aumentar y crecer en Gracia empleo, o puedo emplear, y, con todo eso bien claro, con dolor sincero, entonces sí, a confesar, a recibir el perdón de Dios, que si es por Amor no por temor al fracaso eterno, ya lo llevaremos recibido
Y, entonces nos pesará en la próxima tentación fallarle, porque no se lo merece, siendo como es Bondad infinita, y, no, no puede ni quiere castigarnos con el infierno, al infierno nos mandamos nosotros al rechazar su amor