Confiar en la
Palabra de Dios, como fuente de Vida
Pero en La Palabra con mayúscula
es decir en Jesús, naturalmente a Jesús lo encontramos en los libros que
componen La Biblia, leída en la Iglesia, no en el templo
Es decir leída dentro de La
Comunidad que se pone en marcha en Pentecostés alentada por el Espíritu Santo
Leerla en actitud de orante, pero
sabiendo que en primer lugar es comunitaria
Que nace dentro de una Tradición,
despreciar La Tradición divino Apostólica es echar por tierra la Biblia, y, uno
podría preguntarse, por qué la Biblia,
y, no el Corán, o, Los Vedas
Si algo no existió antes de ser
escrito es un mito, una fábula un cuento
Chino
Si La Biblia no se agota en un
significado, pero un versículo suelto es desmentido por otros, de ahí la importancia
del estudio, la oración, para que sea el mismo Espíritu quien nos lleve de su
Mano
Tener en cuenta las analogías
Y, sabiendo que no puede haber
jamás contradicción
Y, que fue escrita para nuestra
enseñanza
Pero sin olvidar o la entenderíamos a medias, a los PP de La
Iglesia, los Concilios el Magisterio ordinario y extraordinario
Las oraciones de La Iglesia, ahí
con todo eso nos encontramos con La Palabra y, en ella con lo que hemos de
hacer para tener vida