El diablo y el joven Jesús. Meditación especial como un cuento sobre las tentaciones de Jesús el Mesías.
Hacía ya cerca de 40 días que el hijo de José el Carpintero, y de María la hija de Joaquin estaba en el desierto, orando, ayunando
De pronto un viejo, muy viejo de una mirada que hizó estremecerse al joven, se acercó a él
El viejo apestaba, a algo así como huevos podridos. Jesús se apartó un poco, Shalom dijo Jesús, como saludo, y como quien da la Paz, el viejo contestó
Qué hay hombre, así que estás aquí, oyè tú no serás un profeta, como dicen que es ese loco, el hijo de Zacarías e Isabel
Jesús no dijo nada
El viejo prosiguió, no creó que aquí tengas mucho que comer, aunque claro, siendo un chico tan piadoso, pues seguro que puede llamar al de arriba, Padre, y siendo Hijo de Dios, pues te será facil, hacer que estas piedras se vuelvan panes
Jesús lo miró desafiante. “No solo de pan, vive el hombre, sino de lo que lo que sale de la boca de Dios”
El viejo frunció el ceño, no le había gustado la respuesta, y siguió merodeando un tiempo, que a Jesús se le hizó muy largo
El viejo volvió a hablar, seguro que piensas enfrentarte a los poderosos, decir a tus vecinos que guarden La Thora, y otras tonterías semejantes, y así conseguir que todos sirvan al de arriba. Pero yo chico, te doy una solución mejor, tú crees en eso que llamais La Escritura, pues bien, tú te sabes piadoso, a lo mejor hasta te crees o eres el Mesías, pues bien, yo te doy el modo de que todos se rindan a tus pies
Mira el pinaculo del Templo, te ayudo a subir a él. Jesús lo miró mareaba la altura, y, eso que Jesús lo mismo que José, no tenía vértigo, pero el Pinaculo del lugar Santo, era otra cosa. El viejo siguió hablando, “Tú conoces el Salmo, “ha dado órdenes a sus ángeles para que tu pie no tropiece en la piedra”, así que salta desde allí, no te pasará nada, salvo que La Escritura mienta, pero no miente. ¿verdad chico? Y, lo que digo está escrito. ¿O, no?
Jesús lo miró muy serio, mejor dicho no lo miro, le respondió, sin mirarlo, sin dialogar con él, “También está escrito, que no tentarás al Señor tu Dios”, luego casi en silencio mirando al Cielo, dijo, “No Papá, mi abba adorado, no me apartaré de tu plan sagrado y bendito, me hice tu esclavo, tu siervo, para traer a mis hermanos a Casa, a Nuestra Casa, no vengo a tener éxito vengo hacer tu Voluntad”
Pasó un tiempo y el viejo volvió hablar. Veo que eres un chico piadoso, eso está bien, pero a veces se equivoca uno, en lo que adora, hay que saber a quien se adora, a mí que soy mucho más de lo que te pueda parecer, me ha sido dado todo poder en el Cielo en la tierra, todos los reinos del mundo son míos, y, doy su gobierno a quien quiero; mira ahi tienes Roma, Grecia y muchos mas, del presente y del futuro, pues bien, muchacho, sí te postras y me adoras, si reconoces que yo soy él que tiene el poder, todo para tí, y, podrás hacer todo lo que quieras, todos tus sueños
Jesús lo miró con despreció, Alejate de mi vista Satanás, esta escrito al Señor tu Dios adorarás y al él solo servirás. Él no iba adorar al diablo, solo adoraba al Dios de Israel, a su Papá, no se iba doblegar al Mal
Un estruendo horrible sacudió la montaña, miro el Viejo ya no estaba
Se acercó un joven muy alegre.
Soy Gabriel, Shalom Gaby amiguete, qué hace mi ángel de la guarda por aquí
Pues mi trabajo
Te quejarás, tú, ángel de la guardia de mi mamá, de mi papá José, y mío. Yo diría que eres un afortunado
El Arcángel sonrió, sí la verdad es que sí, ahora es preciso que vuelvas a casa, te des un baño, y, vayas para Cana, allí tus Papás te tienen una sorpresa
Casi no me acordaba, voy a invitar a unos amigos nuevos, y por mis Papás a quienes te refieres Gaby, José ya no vive aquí con nosotros, ahora vive con mi verdadero Padre, tengo 2 Padres en el Cielo
Me refiero al Todopoderoso, y a María, ella aún no sabe nada, ya sabes, es La Ruhaj divina, quien la mueve
Pero bueno, ya lo verás. Y, por cierto me encantó la patada que le metiste a ese viejo asqueroso, se fue rugiendo para el infierno
Gracias Gaby, vine a derrotarlo, y, ahora vámonos
Y el joven Jesús bajó de la montaña, a paso lento, no quería caerse.