Ver a Dios no se refiere solo a la visión beatífica sino a saber verlo en los acontecimientos diarios.
Ver a Dios es abrirse a la transcendencia
Es ver en todo lo que acontece su Mano, y su Amor
Es verlo y admirarlo y adorarlo en la creación, empezando por cuidar su obra cumbre que es el ser humano desde que es concebido
Es verlo en su Pueblo, perseguido
Es verlo en cada uno de nosotros
Es verlo en su Iglesia
Es verlo en el dolor de la naturaleza
En el dolor de los que suman a su dolor no conocerlo, no tener Fe
Es verlo en el Mal que hay en el mundo, Mal que Dios no quiere, pero como nos ama, no saca nuestra libertad
Es para los que tenemos la Fe católica y ortodoxa, verlo Dios y Hombre en el Sagrario
Es sentir que está al lado de cada uno, que está a tu lado, que está a mi lado, aunque tú, yo no estemos al suyo
No siempre es fácil vivir esta visión, esta presencia, pero basta creerla y repetirnosla en el corazón
Y, traducirla en obras
Sintiendo siempre que estamos con Quien nos ama, como solo el Dios Uno y Trino puede amar, y, con Él con Jesús que es Dios Hijo responder con Amor a ese Amor cuidando su creación, cuidando sus hijos, haciendo y aceptando su voluntad
Esto no tiene nada que ver con éxtasis, ni experiencias místicas, a quien Dios se las dé, bendiga a Dios y, los demás también bendigamos a Dios
Y, si un día sentimos el impulso de preguntarle por qué nos ha dejado solos, hagámoslo, Jesús lo hizo, y, el Padre respondió resucitando.
