domingo, 26 de junio de 2022

Acebuche el olivo silvestre


Acebuche. El olivo silvestre
Dice San Pablo, en su carta a los Romanos, dirigiéndose a los cristianos procedentes de la gentilidad frente al judaísmo
“Sí tú siendo acebuche fuiste injertado...no olvides que no eres tú, quien sustenta a las ramas sino las ramas a tí”
Yo hoy no quiero referirme al pueblo judío, a los judíos como los amados por Dios
Hoy me interesa el acebuche, el acebuche es un olivo silvestre salvaje, pero es un olivo, eso sí, su aceite no creó sepa muy bien
Pablo está comparando a los cristianos que vienen del paganismo, con un acebuche, frente al Olivo cultivado, cuidado que es Israel
Le recuerda a los cristianos de Roma, que si ellos que eran olivo salvaje, acebuche, fueron injertados en el Olivo, que es Israel, o mejor dicho que es Cristo, con más razón Dios podrá injertar cuando quiera, a las ramas de olivo autentíco, es decir a los judíos.
Esto la verdad daría para mucho, para hablar del antisemitismo que se dió en La Iglesia, en muchos cristianos, aún hoy, y en el anticristianismo que se dió en muchos judíos
Pero ahora no me interesa
Me quedo en el acebuche, el acebuche es silvestre pero es olivo, no es un cocotero, es olivo, olivo que sin embargo sólo dará  buen aceite, será un buen olivo, cuando esté unido al Olivo, ese Olivo es Jesús, hijo de Israel, donde el acebuche al ser injertado, se hace olivo
Todo hombre, todo ser humano es desde su concepción imagen de Dios, es está llamado a ser en plenitud en hijo de Dios, Dios ya lo vé y lo ama, como tal, pero ese ser humano, precisa ser injertado en Cristo, El Verdadero hijo, para ser un hijo que no se sabe bastardo, sino hijo y heredero
Ese injerto lo hace El Espíritu Santo, por el bautismo, bautismo que no es solo de agua
Porque al Espíritu, al Viento divino. No se le ponen límites ni puertas.