domingo, 12 de junio de 2022

El niñito del masón


El viejo relato del niño del masón
Una vieja historia de lo que se llamaban historias ejemplares, olvide el nombre del pequeño protagonista
El niño era como todos travieso, un poco altivo, porque como él decía a su abuela, “vale más ser soberbio y hábil, que humilde y necio”
La abuela sabía de las buenas acciones del pequeño, de sus pequeñas limosnas, privandose de lo que le daban, de sus pequeños pero grandes servicios, de sus pequeñas pero largas plegarias ante el Sagrario, ante La Virgen pidiendo por su padre, su papá al que quería tanto, pero que era masón. Y pidiendo ser un buen misionero, porque el pequeño quería ser misionero, para salvar almas con Jesús
Era la fe inocente de un niño, fe que solo compartía su abuela, era por esta por lo que el padre, permitía su asistencia a una escuela católica y al catecismo
Un día comiendo el pequeño dijo, que quería ser misionero para convertir a los salvajes, el padre se rió y le dijo
“No crees que solo irías aumentar el número de ellos”
El pequeño contuvo las lágrimas
Pero aquel día, le pidió a Jesús, que por favor lo uniese a su Sacrificio, para salvar a su papá. Se aproximaba la Semana Santa, y, él quería hacer una penitencia en unión con Jesús, para obtener la convesión para su papá
El llamado viernes de Dolores, sintió un fuerte dolor en la espalda y en las piernas, que no calmaba con nada, su padre asustado lo llevó al médico y, este mandó hacerle pruebas, las pruebas mostraron un carcinoma de hueso, que se extendía de la base de la columna vertebral, hasta la rotula e iba en avance.
No había solución, solo calmantes y esperar la muerte, el padre recibió la noticia con lágrimas, la abuela con lágrimas y oraciones
El pequeño sufría mucho, los calmantes no calmaban el dolor, pero apenas se quejaba, tanto que los médicos se asombraban, diciendo, un adulto estaría gritando por mucho menos, otro médico dijo, “no es un niño es un ángel de Dios”
La abuela que siempre que le dejaban estaba con él, le preguntó
¿Qué quieres que le pida a la Virgen y a Jesús, le voy a pedir que te pongas bueno?
“No abuela, pídeles que tenga fuerza para seguir crucificado con Jesús, sabes abuela es casi Jueves Santo, y, yo estoy crucificado con Jesús, viviendo su Pasión, estoy bien, porque estoy con Jesús, tengo que estarlo por los que no conocen a Jesús, y, sobre todo por mi papá, para que conozca a Jesús, para que deje de ser masón, abuela quiero ver a papá, para pedirle un favor”
La abuela prometió hacer lo que le pedía su nieto
El padre, el masón empedernido, fue ver a su pequeño
“Papá quiero pedirte un favor, ve a la iglesia arrodíllate o siéntate frente al Sagrario, dile a Jesús que vas de mi parte, que estás muy enfermo, casi muerto, que te curé·
El padre le dijo, quieres que le pida a un pedazo de pan, que te curé
El niño respondió, no a un pedazo de pan a Jesús que es Dios, y no que me cure a mí, yo estoy bien, quien está enfermo, y a punto de morirse para siempre eres tú papá, por favor hazme ese regalo
Lo haré respondió el padre, sin saber mucho lo que respondía. Luego beso a su hijo, y salió llorando
Ya en la calle estuvo tentado de no hacer lo que le había pedido el pequeño, que para él era una tontería, pero había dado su palabra, y, jamás había incumplido una palabra dada. Así que hizo lo que el pequeño le había dicho, al principio sentado, pero pronto de rodillas llorando por toda su vida, por sus ataques a la fe cristiana, a la Iglesia, de pronto vió un confesionario, sin saber como se vió de rodillas ante el sacerdote, cuando salió era el hombre más feliz del mundo, Jesús lo había encontrado
Volvió al hospital, tenía que contárselo a su hijo
“Hijo ya soy otro hombre, me he confesado, gracias hijo por haber salvado a tu padre”
Papá tienes que estudiar el catecismo te ha salvado, te ha perdonado Jesús, yo pronto me voy ir al Cielo, desde allí te cuidaré a tí y a la abuela
Aquel mismo día Viernes Santo, a las 3 de la tarde el pequeño cerraba sus ojos a este mundo, los abría en La Jerusalén celeste
Los que sabían de su vocación misionera, dijeron en el funeral, que pena el Señor nos ha privado de un misionero, este es el funeral por un misionerito perdido. Entonces se levantó el padre y dijo
“No, no es el funeral por un misionerito perdido ni malogrado, ya que aunque haya sido a costa de su vida, logró la conversión de un pecador de su padre”
Y, pidió que las campanas tocasen a gloria
Antes del entierro los médicos pidieron al padre, les permitiese hacer una autopsia, para extraer tejido, y, ver para curaciones en el futuro la causa del carcinoma en un niño de 8 años
Lo dió, y, los médicos se encontraron, conque no había rastros del carcinoma
Jesús había aceptado su petición en la iglesia
Ahora desde el Cielo seguiría cuidando a su papá y a  su abuelita