El viejo relato del que adoptó al asesino de su familia
La historia es del viejo libro, “Vive tu Fe”
En aquel pueblo la persecución había sido muy fuerte, el número de mártires era inmenso, todos los que habían sobrevivido, guardaban el recuerdo de un ser querido muerto por no renunciar a su fe
Entre ellos estaba el viejo Juan, (El nombre se lo pongo yo, porque no me acuerdo del original que no era español). Aquel anciano vivía solo en su cabaña, solo salía para ir a la iglesia, toda su familia había muerto mártir, esposa, hijos, nueras, yernos, nietos, él se había salvado de milagro porque estaba en otro pueblo.
El cura le reprendía cuando decía, que sí encontraba al asesino, o los asesinos de su familia, los mataría, el buen cura le decía que era familiar de santos, de mártires, que tenía que perdonar, que amar a sus verdugos, a su verdugo, pero Juan no cedía
Un día se recibió en el pueblo una carta, del principal instigador y asesino de los mártires, decía que estaba arrepentido, y, quería volver al pueblo, que también era el suyo
Hubo reunión general, unos decían que jamás, otros que bueno eran cristianos y debían perdonar
Al final todos fueron aceptando que volviese, menos Juan, Juan no cedía.
“Si viene lo mató”
Juan, dijo una mujer, tú lo mismo que los que estamos aquí, tenemos el dolor de haber pérdido a los nuestros, pero qué digo,, se pierde lo que no se sabe donde está, nosotros sabemos que los nuestros están con el Señor, él los purifico con el martirio, somos familia de mártires y santos, y tú, vas a renunciar a su compañía y la del Señor, desobedeciendo al Redentor que mando amar a los perseguidores, somos cristianos hemos de imitar a Jesús que pidió perdón en La Cruz
Juan cedió. “Que venga, pues”
Y, el asesino, el perseguidor ahora arrepentido fue, y, se instaló en el pueblo
Pero un día, fue hablar con el cura, y el alcalde
“Quiero pedirles un favor, que Juan me acoja en su casa, está solo y yo también”
Aquello ya era de más. Como no podía ser menos, Juan dijo que no, pero un día mientras meditaba en los misterios del Rosario, recordo, como La Virgen y Dios Padre, habían acogido a los asesinos de su Hijo Jesús
Así que en contra de lo que todos pensaban acepto, viviría con el asesino de toda su familia
Y, pasó un poco de tiempo, y el asesino dijo que quería conocer la fe cristiana, para poder abrazarla, y, que se la enseñase Juan, y, Juan le desveló la belleza de la fe cristiana. Y el asesino se convirtió, pidió el bautismo; con una petición, quería que su padrino fuese Juan. El padrino es quien engendra al bautizado en la pila bautismal, se piensa que representa al padre terreno, pero no, representa a Dios Padre, que en Jesús, engendra a ese hijo, de Dios somos mucho más que hijos adoptivos, somos hijos en el Hijo. El padrino es pues padre; por lo tanto lo que el ex asesino pedia era que Juan fuese el padrino, el padre espiritual del Asesino de toda su familia. Aquello era lógico tuviese un no, de Juan, pero Juan dijo sí
Y, aquel día al derramar sobre su cabeza el agua salvadora, el ex asesino y perseguidor, se convirtió no solo en hijo de Dios con todos los derechos, sino que Juan el viejo Juan, recibió por hijo espiritual al ex asesino de toda su familia
Familia que festejaba en los Cielos tener un nuevo miembro.
Juan, no, el ex asesino ahora nacido de nuevo del agua y del Espíritu Santo