jueves, 2 de junio de 2022

No lo entiendo


No lo entiendo. Yo solo elogie a su madre
Hola me llamó Raquel soy de Nazareth, pero llevó un tiempo viviendo en Jerusalén, desde mi boda, aunque suelo ir bastante al pueblo, donde aún viven mis padres, y, algunos hermanos casados
Conozco a María, la viuda de José el carpintero, desde que éramos niñas, y os confieso es una persona especial, una se siente en paz, cerca de ella
He venido siguiendo el camino como Rabino, de su hijo Jesús, sin entender muchas veces las cosas que hacía
Pero aquel día, me encantó, que les plantasé cara a esos que van de buenos por el mundo, resulta que había expulsado un demonio, qué impedía hablar a un pobrecito, y, van y dicen que lo hace con  el poder del demonio, bueno, lo que hay que oír.
Me encanto que los enfrentasé con ellos mismos, y les recordará que sí él expulsaba los demonios con el demonio, sus hijos con qué los expulsaban, que no blasfemaran contra Dios
Y, entonces pensé en María, lo bien que lo había educado, enseñado, y, alabe a su madre dije
Bendito el vientre que te llevó, y, los pechos que mamaste
Cualquier persona, habría dado las gracias, en su nombre y en él de su madre, y, se habría sentido orgulloso
Jesús no
Salió diciendo, que él no decía eso sino
Dichosos más bien lo que escuchan la palabra de Dios y la guardan
Os soy sincera, no me gustó, es más me dolió un poco, eso no está bien, así que fui hablar con su madre, que ahora está viviendo aquí cerca en Cafarnaúm
No penseis que me gusta enfadar a hijos con sus madres, pero es que hay cosas que no se pueden callar, y, se lo conté
Su respuesta aún la entendí menos
Me dijo, claro es así como te ha dicho, lo primero que tenemos que hacer es escuchar acoger y obedecer La Palabra del Eterno, hacer su Voluntad, eso es lo primero y principal, quien hace eso es dichoso, es bienaventurado
Sí, María, sí, pero ser su madre, yo te alabé por ser su madre
Y, entonces me contó una cosa, que si no fuera porque María, jamás mintió no la creería, me hablo de que su hijo, era el Mesías, pero mucho más que era, hijo de Dios, no de la forma en que lo podemos ser los buenos judíos, no, que lo era como lo somos cada uno, de nuestros padres, me conto, que no lo había concebido de José, sino que Dios lo había creado en ella. Le dije que no lo entendía, y, me dijo, que ella tampoco, pero sabía que el Eterno, puede hacer lo que quiera, me contó la visita del Árcangel Gabriel, y, me dijo
“Fijate Raquel, cuando Gaby, así le llamó yo, vino a traerme su embajada, lo primero que me dijo, y, que yo tuve miedo fuese un engaño del Malo, lo primero fue. “Alegrate llena de Gracia, el Señor está contigo..”, Yo sé que todos nacemos en pecado,por causa de Adan, así que yo no podía estar llena de Gracia, porque soy hija de Adan(bueno me lo explico, fui rescatada redimida de modo anticipado, por quien es ahora mi hijo, mi niñito). Sí te fijas no me dijo, que me alegrase porque iba ser la madre del Mesías, sino por estar llena de gracia, y, para estar llena de gracia, hay que acoger y obedecer la Palabra de Yhv
Ya embarazada de mi niño fue ver a mi tía Isabel mayor, y, que también esperaba, el nacimiento  de su bebé, Isabel me dijo, cosas que no entendí, me llamó bendita entre las mujeres, bueno eso, si lo entendí, bendijo el fruto de mi vientre, y, se reconoció indigna, de que la madre de su Señor la visitase. Y, ahora viene lo que no entendí
Bienaventurada tú, porque has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá
No me proclamaba bienaventurada, por ser la madre del Mesías, sino por creer a Dios, y, aceptar su Palabra. 
Lo mismo que ha dicho mi hijo
Me despedí de María, y, durante un tiempo trate de encontrar sentido a lo que me había dicho
Llegue a la conclusión, de que debía estar perdiendo la cabeza. Las  cosas se empezaron a precipitar, y, Jesús acabo muriendo en una Cruz, yo como judía, sé que quien muere en cruz u horca es maldito, así que Dios jamás permitiría que su Mesías, muriese así, es más el Mesías no puede morir, cuando venga permanecerá para siempre
Pero a los pocos días se oyeron rumores de que Dios lo habia levantado de la tumba, y, también de qué habían robado el cuerpo. A mí me costaba aceptar tanto una como otra versión
Y, llego el día de acción de gracias por las cosechas, estabamos muchos en la plaza, no solo los judíos que residíamos allí, sino judios y conversos judíos venidos de todo el mundo, entonces se abrieron las ventanas y, uno de los amigos de Jesús, Simon el pescador al que Jesús llamaba Pedro, nos hablo de Jesús, nos dijo que había muerto por nuestra culpa, pero que Dios lo había resucitado. Todos preguntamos que podíamos hacer; y, nos dijo que nos bautizaramos en el Nombre de Jesús, que por Jesús seríamos salvados
Yo, no sé porque recordé el canto del Siervo de Yhv, que nunca entendí mucho, pero que ahora en Jesús le encontraba sentido
Uno de los amigos de Jesús también pariente es hijo de Salomé, hermana de María, el pequeño Juan, del que Maria es ahora su nueva mamá, me contó que Jesús antes de estar en María era La Palabra el Verbo de Dios, su Hijo, y, que en María se había hecho hombre, había tomado carne
Maria mi amiga María, no sólo había guardado obedecido la Palabra de Dios contenida en la Thora y en los profetas, sino que la había meditado en su corazón, toda su vida, no buscando observarla al milímetro para no ser castigada, sino observandola para agradar a su Señor a Yhv, al que amaba y del que se sentía amada. Y, por ello Dios había hecho que con su permiso, Su Palabra su Verbo, durante 9 meses fuese tomando carne y creciendo en su vientre
Ahora entendía a Jesús, él era es La Palabra de Dios, y, María que había custodiado la Palabra en su corazón, la había guardado 9 meses en sus entrañas
Sí tenía razón Jesús, El Señor, eso era lo que en realidad la hacía bienaventurada, su adoración real a Yhv, su sometimiento y su amor libre hacia su Dios, porque lo de ser madre del Mesías fue una gracia un don concedido, pero su fidelidad y obediencia fue cosa suya, aunque como dice Pedro con ayuda de la gracia de su Hijo
Me he bautizado, bueno me han bautizado, he añadido a mi nombre el de María mi amiga, que ahora sé, es  también mi Hermana mayor, mi madre, y, mi Señora.