Nadie hay perdido para el Padre que no tiene tiempo.
Para Dios no existe el tiempo, todo es presente, por lo tanto nunca debemos dar a nadie por perdido.
Jamás debemos dejar de pedir por la salvación de nadie, aunque incluso su muerte haya sido al menos en apariencia impía.
Sabemos que Dios ama a sus hijos, Dios acogerá por Jesús nuestra plegaria, y, tenderá su Mano hacia esa persona en el ultimísimo momento, cuando para el mundo ya no se pueda hacer nada, y, si esa persona la acoge, Dios la salvará,
E incluso si ya ha muerto, Dios para él que no hay tiempo, puede hacer que por nuestra plegaria unida a la de Jesús y María, esa persona haya recibido la invitación a la penitencia, antes de su salida definitiva del cuerpo.
