Mujeres valientes. XXVII. Teresa de Lisieux
Teresa de Lisieux, más conocida como Santa Teresita del Niño Jesús, fue una joven monja carmelita, que vivió en los años finales del siglo XIX, falleció con tan solo 24 años
Qué tiene de valiente esta mujer, que ni fue a misiones, ni vivió en una época de persecución abierta
Teresa es la última hija, formada por el matrimonio Luis Guerín, y Celia Guerin, pierde a su madre muy joven, y, pone su cariño filial en sus hermanas, sobre todo en Paulina
Es una niña inquieta, traviesa, terca y el ojito derecho de su padre, y, de sus hermanas
Tiene vocación de sacerdote, aunque sabe que no podrá serlo, por eso ama tanto a los sacerdotes, ora y se entrega por ellos, junto a ese amor, esta su amor por los pobres ateos, y, los pobres pecadores
Con tan solo 15 años, siente la llamada religiosa, quiere ser carmelita, pero no se admiten carmelitas menores de 18 años, salvo una licencia del Papa, a todos les parece una locura, pero Teresa logra convencer a su padre, y, en compañía de una de sus hermanas se marchan a Roma, a pedir la licencia al santo Padre, en el viaje, la jovén Teresa, comprobará que los sacerdotes al menos algunos de ellos no son tan santos, como ella pensaba, se dará cuenta de que no son ángeles, pero esto lejos de arrojar de ella, la llamada al Carmelo la aviva, ahora sabe que tiene que rezar , y sacrificarse más por sus pobres y queridos sacerdotes. Conseguida la licencia del Papa, entra en el Carmelo
Pero el Carmelo no es el lugar ideal que se había imaginado, aparte de la rigurosidad del claustro, esta el choque con algunas hermanas, que no soportan les hayan metido a una cría de 15 años, Teresa no se desanima, no retrocede, sigue obediente, y, orando por sus sacerdotes, sus ateos, a los que se une sin querer por la Noche oscura, que Dios permite se vierta sobre su alma, sigue orando también por los pecadores, consiguiendo la conversión de algunos, en el último momento
Pero la noche oscura, es lo más duro que tiene que soportar, podría concluír que los ateos tenían razón, y, volver al mundo, es joven, y, tendría un buen porvenir, pero ella se fuerza a creer,, sabe que tras aquella noche que la cubre hay un sol radiante
Para eso hace falta ser muy valiente
Por fin entra en la vida como ella misma dice con tan solo 24 años. El 30 de septiembre de 1897