Ayúdame a confiar siempre en Ti, Señor. Pero no te pido que confíe cuando todo me vaya mal, cuando me sienta sola, herida, porque entonces sé que aunque sea por egoísmo o miedo, acudiré a ti, no yo quiero confiar cuando todo me sonría, cuando todo me vaya bien, cuando me rodeen los amigos, cuando me sienta querida, y, el sufrimiento sea algo lejano, cuando palpe el éxito.
Quiero confiar en Ti, en ese momento, agradecerte que estés ahí, compartir contigo mi alegría agradecerte a los que has puesto a mi lado, pero recordar y no olvidar que sólo tu permaneces para siempre, y, estar dispuesto a renunciar a todo, si él conservar algo por bueno que sea es renunciar a Ti, no quiero Señor que permitas que piense ni por un instante que todo lo he logrado por mis méritos, por mi lucha, que los que están conmigo, están por mí, y, no porque tú así lo quieres, y, los sostienes a mi lado, no quiero Señor en ese momento en que la fe sea luminosa, tu Palabra clara, pensar que es mi inteligencia, los buenos maestros que me rodean, te pido Señor que sienta que no soy nada, que todo es obra tuya, que tú eres quien abre los ojos de mi alma
Porqué Señor yo sé, como dice el himno de la Liturgia, “Cuando llegue el dolor, que yo sé que llegará”, y, volverá la oscuridad, y se Irán los amigos, llegará el fracaso, el sufrimiento, el abandono, la muerte en soledad, hasta tu te esconderás, y, quiero Padre en ese momento, no verte con miedo, decirte como un niño pequeño, dónde estas, y, luego poner mi alma en tu regazo de Padre Madre. Por eso te pido que no dejes que desconfíe de ti, y confíe en mi cuando todo vaya bien. amen
