La muerte no es el final.
A veces oímos decir o decimos,"todo tiene solución menos la muerte"." "al morir se acaba todo. Pues bien es mentira, la muerte no es el final, es la continuación feliz, pero feliz de verdad, sin llanto, sin lagrimas, sin dolor, sin enfermedad, sin muerte, de la vida que empezó en el seno de nuestra madre, siempre claro que aceptemos a Jesús como Señor y Salvador, y, lo aceptamos si lo confesamos con nuestra fe, y, la fe se confiesa con las obras, Dios el Padre nos lo dice Pablo, mejor dicho lo dice El Espíritu Santo, nos eligió en Jesús para ser santos, inmaculados, lo hizo antes de la creación del mundo, nos espera el Cielo que es Dios, la muerte no existe.
Sí nuestra confesión ha sido débil, si nuestra acogida del Amor de Dios ha ido dando rodeos, si no tenemos "la talla de Cristo", pues como pasa con el niño prematuro, o que no da el peso al nacer, tendremos que ser purificados, limpiados hasta que tengamos la talla de Cristo, eso es lo que llamamos purgatorio, "lugar" de transito
Y, si hemos sido tan entupidos, de rechazar el amor de Dios, de negar a Cristo con las obras, de no aceptar su perdón, si hemos dicho que No a Dios, si le hemos dado la espalda, nadie ve estando de espaldas, habremos escogido el alejamiento de Dios, el fuego del remordimiento, el fuego de odiar a todos, de odiar a Dios, de odiarnos a nosotros mismos, el fuego de la soledad en compañía de impíos como nosotros, El saber que solo con Dios se es feliz, pero al mismo tiempo, odiarlo es lo que llamamos Infierno, entonces sí, desearemos que la muerte sea eterna, pero como dice el Apocalipsis, la muerte nos huye, aunque nos tenga atrapados el Infierno que es su hijo.
Pero así como el Cielo y el Purgatorio son cosa de Dios, el Infierno también llamado muerte eterna es cosa nuestra, si a Dios le decimos que No, nos va buscar hasta el último instante, pero no va sacarnos la libertad
El Infierno existe, la muerte no acaba nada, solo cambia
