Jesús se aparece a Pedro, y, 3 veces le pregunta si le ama, y, 3 veces le dice, “apacienta mis ovejas”, “apacienta mis corderos”, no le dice, “Apacienta tus ovejas, o tus corderos”, sino “mis ovejas, mis corderos”, y, es que las ovejas y los corderos, los miembros de La Iglesia, estamos bajo la autoridad del Santo Padre del Papa, por voluntad de Jesús, pero no somos suyos, somos de Jesús, fue él quien nos compró nos rescato con su sangre
Y, es precisamente porque no somos ovejas ni corderos del Papa, sino de Jesús, por lo que por voluntad de Jesús, Nuestro Dueño, tenemos que permanecer porque él lo quiere así, bajo el cayado del Sumo Pontífice, quién es además, cordero como nosotros.
Si fuésemos de su propiedad, si podríamos elegir irnos del corral, balar a otro pastor, pero como somos de Jesús no podemos, salvo que pretendamos despeñarnos.
Por eso como ovejas y corderos de Jesús, debemos someternos en todo, al Romano Pontífice, y, orar por él