sábado, 12 de diciembre de 2020

María fue consciente de que no merecía nada


 Maria fue consciente de que no merecía nada, que todo era Gracia, gratis, esa es la buena actitud. Santa María en ningún momento se creyó, con derechos ante Dios, nunca fue con exigencias, amparándose en su limpieza de conciencia.

Ella tuvo conciencia siempre de que ante Dios su Creador, su Señor no merecía nada, que era una mera esclava, y, un esclavo no tiene derechos, por eso responde a Gabriel, “yo soy la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”,, como diciéndole, Dios puede disponer de mi a voluntad, es mi Dueño Absoluto

Y, en el Magnificat deja bien claro, que todo lo que ha pasado en Ella, en todos, es obra de la Misericordia de Dios, que la ha salvado, antes que a nadie, santísima desde el inicio de su vida uterina, pero no por Ella por la Misericordia de Dios que le concede los méritos del que en su útero se hará humano sin dejar de ser divino

No duda en proclamar su nada su humillación ante Dios, y reconocer su alegría porque Dios en su Bondad infinita la ha elegido, no piensa en ser elegida por méritos propios

Y, movida por El Espíritu Santo, proclama que los pueblos la alabaran, pero deja bien claro, que no será por causa de Ella sino porque el Todopoderoso ha hecho obras grandes por Ella, y, en Ella.

Esa obra en primer lugar fue dar a Israel el Mesías esperado aunque no todo Israel lo supo ver en su momento, y, un Mesías que no es un simple descendiente de David, sino el Hijo eterno natural de Dios, Dios Hijo, el mismo Dios

Y la criatura humana, que se sabe sin méritos ante Dios, porque un esclavo no tiene méritos ni derechos ante su Dueño

Es la primera hija adoptiva del Padre Dios, pues es concebida en estado de santidad máxima

Es Templo o Esposa mística del Espíritu Santo el Amor increado de Dios, la Tercera Persona

Es Madre y Hermana espiritual del Verbo de Dios Hijo, y lo más sorprendente, es desde La Encarnación, madre física porque concibió, gestó, parió, amamanto, educo en su naturaleza humana al Verbo de Dios.

Y, ahora venimos nosotros y hablamos de méritos. Somos cómicos

Que Santa María ruegue por nosotros-