Vender todo, renunciar a todo, también a lo bueno por Jesús.
No siempre aquello, que se nos pide dejar tiene que ser algo
malo; sino que es algo que en ese momento estorba el plan de Dios en uno, por
ejemplo, una persona casada debe permanecer al lado de su cónyuge, aunque para
ello deba separarse de su familia de origen, pero no es preciso ir a casos
concretos
Teniendo en cuenta lo que Jesús quiere, a veces habrá que
renunciar, a lo que no es malo, incluso es bueno, oración, misa, formación, atención enfermos,
necesitados, por lo que Dios nos pide en ese momento. Incluso será preciso a
veces dejar lo que es mejor, Misa, oración, por lo bueno, enfermos, solos,
pobres, etc.
Formación por la Misa, salvo día de precepto
Si uno tiene vida de oración, y, es persona formada y en
formación no habrá problema, a la hora de elegir
Lo que si es preciso tener en cuenta es que no somos clones,
así que lo que Dios me pide a mí, no tiene por qué pedírselo a otro, por eso, salvo en lo estrictamente
inmoral, el pecado, nadie tiene derecho a decirle a otro, como debe ser su tipo
de oración, que días debe ir a Misa, etc.
Si puede uno decir lo que hace, y, como se siente, pero
escuchando a los demás, también si nos preguntan con buena intención, no para
reírse, pues no se deben echar las perlas a los cerdos, por eso, si es en un
grupo, salvo que sea un grupo de creyentes, lo mejor es no responder, diciendo
por ejemplo que “no es sitio, para la pregunta”, etc.
Naturalmente los padres pueden aconsejar a sus hijos
menores, y, mayores de edad, la mayoría de edad de un cristiano, parte del día
de su confirmación, lo que nunca pueden es mandar, lo mismo para confesores, y,
si alguno lo hace, sobre todo, sin conocimiento del penitente, se hace lo que
Santa Teresa, se cambia de confesor
No ir nunca de consejero.