lunes, 3 de diciembre de 2018

Vender todo





Vender todo, renunciar a todo, también a lo bueno por Jesús.

No siempre aquello, que se nos pide dejar tiene que ser algo malo; sino que es algo que en ese momento estorba el plan de Dios en uno, por ejemplo, una persona casada debe permanecer al lado de su cónyuge, aunque para ello deba separarse de su familia de origen, pero no es preciso ir a casos concretos

Teniendo en cuenta lo que Jesús quiere, a veces habrá que renunciar, a lo que no es malo, incluso es bueno,  oración, misa, formación, atención enfermos, necesitados, por lo que Dios nos pide en ese momento. Incluso será preciso a veces dejar lo que es mejor, Misa, oración, por lo bueno, enfermos, solos, pobres, etc.

Formación por la Misa, salvo día de precepto

Si uno tiene vida de oración, y, es persona formada y en formación no habrá problema, a la hora de elegir

Lo que si es preciso tener en cuenta es que no somos clones, así que lo que Dios me pide a mí, no tiene por qué pedírselo a  otro, por eso, salvo en lo estrictamente inmoral, el pecado, nadie tiene derecho a decirle a otro, como debe ser su tipo de oración, que días debe ir a Misa, etc.

Si puede uno decir lo que hace, y, como se siente, pero escuchando a los demás, también si nos preguntan con buena intención, no para reírse, pues no se deben echar las perlas a los cerdos, por eso, si es en un grupo, salvo que sea un grupo de creyentes, lo mejor es no responder, diciendo por ejemplo que “no es sitio, para la pregunta”, etc.

Naturalmente los padres pueden aconsejar a sus hijos menores, y, mayores de edad, la mayoría de edad de un cristiano, parte del día de su confirmación, lo que nunca pueden es mandar, lo mismo para confesores, y, si alguno lo hace, sobre todo, sin conocimiento del penitente, se hace lo que Santa Teresa, se cambia de confesor

No ir nunca de consejero.