Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.
Lo anuncia Jesús en el Evangelio de Juan, al que vaya a Él,
no a sus imágenes, a Él que viven en el Sagrario, en los otros, en La Iglesia,
en la Escritura, Dios hará que nazca en su interior, en su alma, un surtidor de
agua, una fuente que brote para siempre
No se trata de agua material, se trata del Agua a la que ya
aludió Ezequiel, el Agua que broto primero del corazón de Jesús, y, que al ser
uno con Él brota en cada uno
Es el Agua del Amor a Dios, y, por Dios a nosotros, a los
otros, y, a su creación
El Agua de la Esperanza, que en el Cielo será Gloria
De la Fe, Fe viva y operante
El Agua que hace no temer nada, ni el martirio, y, estar
contentos con cualquier situación si en ella esta Dios