Nos escondemos de Dios, al vernos desnudos, es decir al
vernos sin su gracia, cuando la conciencia nos remuerde, entonces nos buscamos
mil excusas para huir de Dios
Echamos la culpa a los otros, que los que practican su fe,
son peores, que si en La Iglesia hay pecado, que el mal avanza igual, etc, etc.
Pasamos de la oración, La Biblia la vemos como un libro
viejo, al que incluso denigramos a veces
Cuando no caemos en
un falso humanismo que al no, poner sus raíces en Dios, tanto puede hacer bien
al otro, por casualidad, como hacerle el peor daño, ayudándole incluso a su
destrucción moral y física
La única solución es examinar nuestra conciencia, y, dejar
que Dios nos vuelva a revestir de su Gracia.