Penitencia, confesión y conversión
La confesión va unida al sacramento de la penitencia
A veces los cristianos no somos conscientes de que al acudir
a este sacramento podemos cometer un sacrilegio.
Ya que no es, ir contarle lo malos que somos a un cura, sino de manifestar nuestro arrepentimiento y
propósito de enmienda: y el motivo de ambos ha de ser sobrenatural, es decir su
motivo Dios, podrá haber otros motivos, pero si no hay este, la confesión es
sacrílega, y no hay perdón ya que el sacerdote no perdona en su nombre, sino en
el Nombre de La Trinidad.
El segundo motivo es el propósito de no pecar más, como
sabemos que eso es imposible por nuestra cuenta, nos apoyamos más en Dios,
oración personal, etc., huida de los lugares de nuestro pecado dominante, por
ejemplo un borracho de la taberna.
Y, no acaba aquí la cosa el penitente ha dañado El Cuerpo
místico. Debe reparar por eso hay dos
pecados que sin restitución no se perdonan el 8º, la calumnia, la persona que
ha calumniado a otra no basta que lo cuente al cura, tiene que hacer lo posible
aunque sea con daño, contra ella misma en reparar el daño hecho por su calumnia,
restituir la honra dañada, mientras no lo haga no hay perdón, de hecho el
sacerdote no debe dar la absolución si no dejarla en suspenso, darla sólo bajo
condiciones, hasta que la persona que calumnio restituya, o haga lo posible por
restituir la honra.
El otro caso es el robo
Hasta que no devuelva lo robado no hay perdón
Y, si por ejemplo una persona robo 1.000 ptas, cuando había
las pesetas, no es suficiente que hoy devuelva 6 €, si no que deberá devolver
la cantidad equivalente hoy, a lo que se podría comprar entonces con las mil
pesetas.
Si es un objeto debe devolverlo como lo tomo, si fue un
animal con sus crías, y, el sacerdote no debe dar la absolución hasta que no se
haga, si lo hace queda en suspenso.
Ni que decir tiene que la persona que robo o calumnio, hasta
que no esté plenamente reconciliada no debe comulgar.
Jesús no perdono a Zaqueo, no le dijo, “hoy la salvación ha
llegado a esta casa, hasta que Zaqueo no se comprometió a devolver el cuádruple
conforme ordenaba el Levítico.
En cuanto a realizar la restitución en el caso del robo
dándolo a pobres o misiones, no es lícito, solo lo sería, cuando no quedase
ningún heredero ni por supuesto, el propio afectado.
Recordemos la confesión no es charla de cotilla de uno
mismo, es encuentro persona con Cristo que aguarda en el sacerdote.