A Jesús
Para amarte, Señor, cual me pediste,
no necesita mi alma tu
promesa;
yo te amaría siempre, aun sin esa
venturosa mansión que prometiste.
Toma todo, Jesús, cuanto me diste,
pequeño pago a tu sangrienta empresa
Mirándote en la Cruz no me interesa
el ganar o le perder; tú
me rendiste
Me has ganado al
mostrarte palpitante,
pendiente de un madero agonizante,
toda tu sangre por mi
amor vertida.
No me fuerza el temor; de amor herida,
al compás de tu pecho
jadeante
Te doy todo el amor toda mi vida. Mercedes Iribarrem
A la Virgen Madre
Señora y Madre de Dios,
que aunque estés de gracia llena,
sufres y lloras rezando el rosario de tu pena
Cada cuenta de dolor es una lágrima pura
que perdona para
siempre mi pecado y mi locura
Arrepentido te imploro que riegues el pecho mío
Con lluvia de bendiciones,
como un celestial rocío
Dolor y traición del huerto,
golpes y fieras espinas y una
calle de amargura
cuando a la muerte camina
Jesús en La Cruz se muere entre la tierra y el cielo,
pera
volverá a la vida, y esa luz es tu consuelo.
Yo también tengo un calvario; no me dejes,
ven conmigo,
Madre mía del Rosario. José María González de Quevedo
A Jesús
Jesús que pasaste por la vida
y acabaste en pasión,
me
admira tu pasividad humana y divina.
Cuando sentías sed junto al pozo de Jacob
y pediste a la
samaritana que sed calmara,
sabiéndola pecadora y de vida desordenada.
Me admira tu pasividad humana y divina
Cuando sentías sed en la agonía de la cruz
y te dieron
amargo vinagre
Tú perdías mucha sangre
Jesús paciente, y, humilde de corazón,
me admira tu
pasividad humana y divina,
me admira tu
amor. Francisco Javier Zapata Núñez
Al Dios Trino
Oh Dios, tú eres bueno y tu misericordia no conoce límites;
a ti se eleva la alabanza de toda criatura.
Tú nos has dado una ley interior por la cual debemos
vivir; hacer tu voluntad es nuestra
misión; seguir tus caminos es conocer la paz del corazón.
Guíanos en todas las sendas por las que peregrinemos en esta
tierra; líbranos de todas las malas tendencias que conduzcan nuestros corazones
lejos de tu voluntad, nunca dejes que nos alejemos de ti.
Oh Dios autor de la paz y la justicia. Danos alegría
verdadera y auténtico amor, y una solidaridad duradera entre las personas
Danos tus dones eternos., amen. San Juan Pablo II
A Jesús Eucaristía
Tú vienes, Señor, tan blanco
escondido en la hostia nueva que me das cada mañana,
y yo me veo en
tinieblas
Tu vienes tan silencioso,
con ser La Palabra eterna,
y hay
en mi tanto alboroto,
tantas pasiones vocean
Tú vienes buscando amores
con el beso de tu entrega,
Y esta tan fría mi alma,
cuando me acerco a tu mesa
Pero ven, Señor, no tardes
Tú lo dijiste. ¿Te acuerdas?
Que sin Ti no puedo nada
Ven que mi alma te hambrea
y es el pan de los trigales el
único que da fuerzas
al barro para ser ángel,
para ser luz la tiniebla
Ven, Señor, ven, ya no tardes,
que se hace larga la espera
Ven y sacia mis anhelos,
con el pan de tu presencia. Montserrat Maristany
Señor tú has sido admirable
Señor tú has sido admirable
Señor, tú has sido admirable conmigo,
durante toda la vida;
en adelante no me abandonarás: lo sé,
aunque no tengo derecho alguno sobre Ti.
No me dejes seguir mi camino sin pensar en Ti,
que busque tu
voluntad en cada decisión
y tu bendición en cada acción.
A ti me entrego totalmente. John Henry Newman. Cardenal
inglés