Jesús crecía en sabiduría, y edad
Es decir era un niño normal,
normalito, no era Pitagorin, ni el repelente niño Vicente
No crecían con él sus vestidos,
crecía él, no lo sabía todo, no tenía ciencia infusa que no existe, tenía
ciencia divina infinita, pero que se estaba quietecita y, ciencia humana,
adquirida en la encarnación, y, la ciencia humana, precisa aprender, que le
enseñen, nadie nace aprendido, tampoco Jesús, en su humanidad, la ciencia
humana se equivoca, Jesús se equivocaba equivocarse no es pecado, lo es amar la
equivocación
A Jesús le enseñaban sus padres,
sus rabinos, sobre todo sus papás, José, María, y, poco a poco se iba haciendo
mayor, razonaba, sus preguntas tenían más lógica, y, ahí estaba el misterio, no
en el niño Jesús que pintan algunas revelaciones privadas, sino en que el
Infinito, La Sabiduría eterna se hubiese hecho casi ignorancia, desconocimiento
de lo no esencial, que el Infinitamente perfecto, se hubiese hecho criatura y
por ello imperfecto