domingo, 21 de abril de 2024

No confieis en los Príncipes

 

No confiéis en los príncipes, seres de polvo que no pueden salvar; exhalan el espíritu y vuelven al polvo, ese día perecen sus planes. Salmo 45


Desde que mi amiga y guía espiritual, Marili, me enseñó a orar la Liturgia de las horas, este versículo me encanta

Me encanta no sólo porque su autor, piensa o parece pensar sobre reyes y nobles, como yo

Sino por lo que el Autor, me dice

No confíes en la gente que tiene poder, en los ricos, el poder puede ser de muchos tipos, la riqueza igual

No confíes en ellos, no pongas en ellos tu esperanza

No me dejes, no me traiciones a mí por ellos

Porque esos te dejaran un día

Yo siempre estoy contigo

E incluso sí por haberles seguido, por haber optado por ellos te caes, Yo te levantaré. Pues nunca dejaré de amarte

Y, yo pregunto, porqué me van a dejar

Y el Autor me responde, porque son hijos de la muerte

Pero sí permaneces conmigo, y los traes a mí, tú y ellos no moriréis nunca.

Paro unos segundos y pienso

Cuantas personas importantes, nobles, ricos, sabios murieron en la pandemia; personas que son líderes, un ictus les deja como niños de dos años...

Sí es tonto poner la Esperanza en lo caduco

Por eso como dice, el libro de Reflexión espiritual del Verbo divino

¿Dónde ha quedado mi esperanza?

¿Confío en Dios, o en los que tienen poder o riqueza, o en mí?

Padre bueno, por Jesús acrecienta mi Confianza en TI, como Jesús, como María, como José

Reflexión orante 22 de febrero 2024