David nunca sospecho que llegaría a hacer lo que hizo; ni Pedro, ni Judas
David siempre quiso ser fiel a Dios, nunca sospecho lo que llegaría a hacer, pero lo hizo, llego al adulterio, y al crimen
Pedro nunca pensó, que llegaría a apostatar de Jesús, a negarlo. Cuando le dijo en la Cena, que iría con él a la muerte decía lo que pensaba, en su corazón no mentía
Judas, aunque fuera raterillo, nunca pensó en hacer lo que hizo, en entregar a Jesús
La lista podría ser interminable. Pero esa no es la cuestión
La cuestión es que todos somos capaces de obrar el Mal, de seguir al Enemigo, todos. Pablo nos recordará. “Quien esté en pie, miré no caiga”
Y, un viejo refrán nos recuerda.
“Torres más altas han caído”
Sabemos el final de Pedro y David, de Judas no, aunque yo confío en su Salvación
Pero ese ahora tan poco es el problema, el problema y la enseñanza que yo me tengo que aplicar y acoger
No es pensar sí llegará a la Traición, a desbarrar completamente, que ni afirmo ni desmiento, tengo por ser hija de D. Adam y Dña Eva todos los papeles
Lo que al menos en apariencia diferencia a Judas de David y Pedro, es que tanto David como Pedro, se dejaron abrazar de nuevo por Dios, aceptaron su Perdón, no se condenaron a sí mismos, no se dijeron. “ya no tengo remedio”
No se fijaron en su caída en relación a otros, al daño hecho a otros, al mal ejemplo dado, a lo que pensarían de ellos.
David lo expresa en el Salmo Miserere. “Contra TI, solo he pecado, hice el mal que tú detestas”
Pedro por su parte, comprende que nada puede asegurar de sí, solo apoyarse en Jesús
Por eso le dice. “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amó”
No, sé si más o menos que los demás, sé que te amo, y te necesito para amarte
Esa es la Enseñanza que tengo que acoger, saber que puedo desbarrar mucho más de lo que Dios permitió hasta hoy, que puedo llegar al límite. Dios no lo permita
Pero sí en su infinita Misericordia, en su Amoroso e inescrutable designio, lo hace. Entonces, aún entonces le pido nunca me saque la Confianza en su Amor infinito, en su Misericordia sin fin
Porque lo que decía una vieja poesía
“Paseando un niño por un prado
Tropezó en una piedra al suelo cayo
Y una pierna se rompió
Lo curaron vaya todo por Dios
volviendo a pasar por el mismo Prado
Volviose a caer
Un brazo se rompió
Lo curaron vaya todo por Dios
Volvió al mismo Prado
Se cayo se partió la cabeza
Y muerto allí quedo
Sí al cristiano su culpa se le absuelve
Y al vicio vuelve y vuelve, no le sucede así.
La pierna, el brazo la cabeza entran en el terreno, terrenal
La culpa moral en el terreno de Dios, y el Perdón de Dios es ilimitado e infinito, creo que hasta de la soga, rescató Jesús a Judas. Claro que uno tiene que dejarse perdonar, con lo que eso conlleva.
Reflexión orante 22 de febrero 2024