domingo, 21 de abril de 2024

David nunca sospecho ...


David nunca sospecho que llegaría a hacer lo que hizo; ni Pedro, ni Judas

David siempre quiso ser fiel a Dios, nunca sospecho lo que llegaría a hacer, pero lo hizo, llego al adulterio, y al crimen

Pedro nunca pensó, que llegaría a apostatar de Jesús, a negarlo. Cuando le dijo en la Cena, que iría con él a la muerte decía lo que pensaba, en su corazón no mentía

Judas, aunque fuera raterillo, nunca pensó en hacer lo que hizo, en entregar a Jesús

La lista podría ser interminable. Pero esa no es la cuestión

La cuestión es que todos somos capaces de obrar el Mal, de seguir al Enemigo, todos. Pablo nos recordará. “Quien esté en pie, miré no caiga”

Y, un viejo refrán nos recuerda.

Torres más altas han caído”

Sabemos el final de Pedro y David, de Judas no, aunque yo confío en su Salvación

Pero ese ahora tan poco es el problema, el problema y la enseñanza que yo me tengo que aplicar y acoger

No es pensar sí llegará a la Traición, a desbarrar completamente, que ni afirmo ni desmiento, tengo por ser hija de D. Adam y Dña Eva todos los papeles

Lo que al menos en apariencia diferencia a Judas de David y Pedro, es que tanto David como Pedro, se dejaron abrazar de nuevo por Dios, aceptaron su Perdón, no se condenaron a sí mismos, no se dijeron. “ya no tengo remedio”

No se fijaron en su caída en relación a otros, al daño hecho a otros, al mal ejemplo dado, a lo que pensarían de ellos.

David lo expresa en el Salmo Miserere. “Contra TI, solo he pecado, hice el mal que tú detestas”

Pedro por su parte, comprende que nada puede asegurar de sí, solo apoyarse en Jesús

Por eso le dice. “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amó”

No, sé si más o menos que los demás, sé que te amo, y te necesito para amarte

Esa es la Enseñanza que tengo que acoger, saber que puedo desbarrar mucho más de lo que Dios permitió hasta hoy, que puedo llegar al límite. Dios no lo permita

Pero sí en su infinita Misericordia, en su Amoroso e inescrutable designio, lo hace. Entonces, aún entonces le pido nunca me saque la Confianza en su Amor infinito, en su Misericordia sin fin

Porque lo que decía una vieja poesía

Paseando un niño por un prado

Tropezó en una piedra al suelo cayo

Y una pierna se rompió

Lo curaron vaya todo por Dios

volviendo a pasar por el mismo Prado

Volviose a caer

Un brazo se rompió

Lo curaron vaya todo por Dios

Volvió al mismo Prado

Se cayo se partió la cabeza

Y muerto allí quedo

Sí al cristiano su culpa se le absuelve

Y al vicio vuelve y vuelve, no le sucede así.

La pierna, el brazo la cabeza entran en el terreno, terrenal

La culpa moral en el terreno de Dios, y el Perdón de Dios es ilimitado e infinito, creo que hasta de la soga, rescató Jesús a Judas. Claro que uno tiene que dejarse perdonar, con lo que eso conlleva.

Reflexión orante 22 de febrero 2024