viernes, 5 de enero de 2024

El eucalipto gordo


 El eucalipto gordo que pasó siendo semilla por el ojo de una aguja, y el truco para pasar siendo rico por el ojo de una aguja, y entrar en Dios. De un cuento de Mamerto Menapace.

El padre Mamerto Menapace, cuenta en uno de sus relatos la historia de un eucalipto, un árbol grande y gordo inabarcable por los brazos de varios hombres, pero que sin embargo había pasado hacía años, por el ojo de una aguja.
De una aguja simple de esas de coser de toda la vida, lo había hecho cuando era una semillita, pero ahí estaba ya todo el eucalipto.
Ahora lógicamente era imposible que pudiese hacerlo. Ni siquiera una de sus astillas.
Y hasta aquí el cuento que tiene mucho más. Pero yo me quedó en eso
El eucalipto soñaba, los eucaliptos sueñan, y pensaba como le gustaría volver a ser semillita, estar en las manos de los pequeños, jugar a pasar por el ojo de una aguja.
Pero era un árbol gordo, que extendía sus raíces largos metros bajo tierra, que tocaba las nubes.
Dejo caer una lagrima, porque los árboles también lloran, y sintió Su Caricia, la del la de su Creador. Que le habló, sí Dios también habla a los árboles.
El Señor le dijo: “ Ya fuiste semilla, y pasaste por el ojo de la aguja, no puedes volver a lo que no existe, pero fíjate gracias a tus raíces acumulas agua, y tus hojas me sirven para curar a muchos hijos. Luego mira cuantas familias viven en tus ramas, muchos pájaros han hecho su nido en ellas. Han encontrado refugio en ti, de ti he hecho brotar nuevas semillas de las que Hare nacer nuevos eucaliptos. Es verdad que ya no eres semilla, porque tenías que crecer, Yo lo dispuse así, sí te hubieras quedado de semillita habría acabado en el buche de una gallina, ahora eres  objeto de bendiciones” 
El eucalipto bajo sus ramitas en señal de adoración y amor a su Creador, y se sintió orgulloso de haber dejado de ser una semillita, porque era si un árbol gordo y alto; pero eso hacía bien a otras criaturas.
Y el truco de siendo rico poder entrar en el Reino de Dios, es muy fácil, sirviendo a los demás con las riquezas bien adquiridas, las otras no valen. Y sabiendo que todo lo que tiene lo ha recibido de Dios
sirviendo a todos. Y sí alguna vez fue semillita es decir pobre material, pensar que todo el bien que Dios está haciendo por medio suyo no podría hacerlo.