domingo, 18 de julio de 2021

La Virgen del Carmen


Virgen del Carmen
Herede de toda mi familia el amor a María la Madre de Jesús, no puedo decir que haya una advocación que me guste más que otra, de imagenes sí podría decirlo
Entre las advocaciones de Santa María, una de mis predilectas, es Nuestra Señora del Monte Carmelo, algo normal amando como amó al mar, habiendo nacido en una ciudad bañada por el mar.
Sin embargo al profundizar sobre esta advocación, encontraba cosas que por ignorancia no me cuadraba
Primero, si era del Monte Carmelo, el Carmelo como todos sabemos, es un monte de Israel, si era Nuestra Señora del Monte Carmelo, porque era la patrona de los hombres de la mar, en realidadd el Monte Carmelo, el Monte del Señor es el propio Cristo nacido de María, que navega con nosotros en la Barca de La Iglesia, por eso, si es patrona de la gente del mar, y, también de la gente del campo.
La segunda, qué sentido tenía la promesa que le hizo a San Simon Stock de que el sábado siguiente a su muerte, a la muerte del que llevará su escapulario, lo sacaría del purgatorio
Por supuesto esto no es una verdad de  Fe, ni la Madre de Dios hace acepción de personas, nadie va al Cielo por llevar un escapulario, sino por Cristo, y, por confesar la Fe en él con la vida, es decir viviendo como él vivió, y, pidiendo perdón, y, empezando de nuevo las veces que haga falta, pero el escapulario, como todas las muestras de cariño, hacia Santa María, son una forma de ponerse en Manos de la que es Refugio de pecadores. Quedaba otro punto, y, era El sábado, por qué el sábado y no el Domingo, y, la respuesta esta en el Antiguo Testamento, el Sábado, El Sabat que aun celebran con derecho nuestros hermanos judíos, judíos como Nuestra Madre Santa María, el Sabat el Sábado significa descanso, recuerda el descanso del Creador después de la creación; por lo tanto lo que la promesa contiene es que cuando llegue el momento para la persona que esta en el lugar de La Purificación de entrar en el Descanso de Dios, es decir en el Sábado eterno, María lo introducirá, y, entonces ya no será sábado, Sabat, sera el Domingo sin Fin, El Domingo eterno en que todos juntos, con Santa María, adoremos al Padre con el Hijo, y el Espíritu Santo.