lunes, 26 de julio de 2021

Parecía que el Ángel no le había dicho la verdad

 

Parecía que el ángel no le había dicho la verdad.
El ángel le había dicho tantas cosas, cosas hermosas increíbles, bellísimas, ella había dado su Fiat, aunque no fuesen así de hermosas e increíbles, de bellas, si no lo contrario, al saber que venían del lo hubiera hecho igual. Ella lo sabía bien, era su esclava su propiedad privada, nada le debía el Dios de Israela ella, una pobre campesina judía
El ángel le había dicho
Que su hijo, el niño que nacería de ella, sería grande
Que sería llamado hijo del Altísimo
Que Dios le daría el trono de David su padre
Que reinaría sobre la casa de David, por los siglos de los siglos
Pero tuvo que acompañar a su espos al censo que ordeno, un tal Auguusto, al que debío estropearsele la tablet o el wifi, y, tuvo que jugar a contar judíos, y, el niño del que el ángel había dicho tantas maravillas, fue parido en una cuadra de animales, los primeros que le rindieron su tributo, los que le obedecen siempre
Cierto y eso sin duda alegró su corazón, vinieron a verlo, y, adorarlo unos pastores a los que avisó un ángel, pero los pastores eran lo último de la sociedad, despreciados por los puros
Luego fue la presentación en el Templo, para cumplir lo mandado en el Levítico, y, aquel anciano que tomó al niño, muy bien al principio, lo proclamó,”Gloria de Israel, Luz de los gentiles, y, lo reconoció como el Enviado, pero luego habló de que serían rechazado, y, ella sufriría por ello”
Nada cuadraba con lo dicho
Y vinieron unos astrólogos, adorar al Niño, y, a los pocos días, tuvieron que huir de noche a Egipto, afrontando mil peligros, sin los tontos milagros de los apócrifos, para salvar su vida
Nada cuadraba con lo dicho
Volvieron a la patria, y, el niño era como todos, no era pitagorin, ni el repelente niño Vicente, ni el “niño Jesús de las estampitas, y los apócrifos”, era un niño que se llamaba Jesús
Nada cuadraba con lo dicho
En una fiesta de pascua, cuando ya es un pre adolescente, se le queda en el Templo, lo busca durante 3 días vuelven a casa y todo sigue igual, muere el esposo, el hijo trabaja en el mismo oficio
Nada cuadraba con lo dicho
Un día se despedio se va hacer bautizar por su pariente Juan, qué para, querría él aquel bautizo, que era para pecadores, lo encuentra días más tarde en una boda, donde ella fuerza su salida a la palestra, lo pone en marcha con el milagro de Caná, eso sí de forma prudente, para que si no la atiende no quede él mal, y, el milagro aumenta la fe de los suyos, muy bien, pero sólo de los suyos
Hasta que un día vuelve al pueblo,  a su pueblo a su sinagoga, y, allí les revela quien es, y qué pasa, pues que intentan matarlo
Nada cuadraba con lo dicho
Sigue predicando la gente lo adora, pero los jefes los puros, los sacerdotes lo desprecian lo insultan, lo tachan de blasfemo
Nada cuadraba con lo dicho
Llega el momento en que lo condenan a muerte de Cruz, la peor muerta, la que hacía maldito, sobre la cruz un letrero, puesto por el procurador romano, un gentil Pilato
“Este es Jesús de Nazareth, el rey de los judíos”
salvo un pequeño terremoto, no hay intervención divina, sólo otro ajusticiado le pide clemencia, y el centurión otro pagano reconoce en él al hijo de Dios, lo entierran en tumba prestada
Nada cuadraba con lo dicho
Resucita, se manifiesta a los escogidos, sube al Padre, empiezan las cosas a cuadrar
pero los suyos son ahora perseguidos
Matan a Esteban, a Santiago, torturan a Pedro y Juan, y, á otros muchos
Los suyos unos lo aceptan otros lo persiguen
Algunas cosas van cuadrando, otras parecen no cuadrar con lo dicho
La fe de aquella mujer judía, de María no desfallece ni una pizca, ella mantiene su Fiat, sólo importa lo que Dios su Dios quiera y sus tiempos
Por eso María es La Señora