Dios y Cristo en la tormenta
Los discípulos tenían miedo, las tormentas, las tempestades en el lago eran muy fuertes, se sentían solos, y cuando vieron que Jesús venía hacia ellos lo tomaron por un fantasma
Pero se vencieron lo llamaron, y, él calmó la tormenta, en otra ocasión les paso algo parecido, entonces no lo tomaron por un fantasma lo tenían a su lado, durmiendo, seguramente roncando, lo despertaron asustados, él calmó la tormenta
En la vida de todos, hay tormenta, tormenta en algún momento en la vida personal, en la salud, tormenta en el país donde uno vive, tormenta en la sociedad que no va mal, va peor, tormenta porque un virus lo ha descolado todo, tormenta en la fe, tormenta en La Iglesia, si hay tormenta
Y, a veces uno puede tomar a Dios, a Jesús, como algo, que esta ahi arriba, pero que no puede hacer nada, algo ilusorio, para que va orar si eso no tiene remedio, para que va pedir fuerzas para actuar, y, hacer si eso no tiene remedio
Otras pensamos que Dios está dormido, muchas veces es cierto, la tormenta no es tal, es que como niños chicos confundimos un petardin con un trueno
Pero eso no importa confíemos, oremos pidamos fuerza para hacer lo que debemos, y, Dios por Jesús calmará la tormenta, sea la que fuese; y, si no la calmase es que eso era lo mejor
No lo olvidemos en cualquier tormenta Jesús y Dios Padre con el Espíritu, están a nuestro lado