La religión utilitaria
La religión utilitaria, es la del que ora, reza, va a Misa, para congraciarse con un sector de la sociedad
O porque va Doña Mengana que es una señora muy influyente
O, para pedir por supuesto cosas materiales, o no del todo espirituales, pedir éxito en los negocios, aprobar un examen, no enfermar o curar, que no se muera tal persona, nada de esto es malo pedir, al contrario es muy bueno
Muy bueno si uno agradece cuando lo tiene, porque si uno no da gracias por la salud, o porque mejoró tal o cual persona; no tiene derecho a pedir nada
Muy bueno, si además de pedir; uno se pone a “la escucha, para lo que Dios le quiera pedir”
Si uno sabe como Jesús como Maria, poner la voluntad de Dios por encima de todo, y, así insiste en su oración, porque se sabe hijo pequeño, y, a los niños se les permite el pataleo, hasta cierto punto, como dice el Salmo. “ Yo no busco riquezas que superan mi capacidad, sino que aquello y modero mis ansias, como un niño destetado en brazos de su madre, así está mi alma en brazos de Yhv”
El niño destetado no se siente no amado porque su mamá no le esté dando la teta, si no refugiado en sus brazos
Por eso una cosa, es orar insistentemente, y, otra cadenas de oración donde las plegarias se vuelven ídolos, que pretenden superar la o forzar la voluntad divina
Jesús nos enseñó a decir al Padre, “hagase tu Voluntad; no hagase mi voluntad”
Además como hijos hemos de confiar en Dios que nos ama, y, nos conoce aún lo que creemos y pedimos porque es bueno, si Dios, no nos lo da es que no lo era
La persona de la religión utilitarista, pertenecí al grupo, cuando no tiene que pedir no ora, no reza, no va al culto para que
Termino con una anécdota que me conto una persona hace años, esta persona tenía un gran amor por La Eucaristía, y, siempre que podía, iba a la iglesia fuera de la Misa, a tener un ratito a solas con Jesús. Un día invitó a otra persona, que por cierto acababa de abrir una tienda, a que fuese con ella, la otra persona le contó que nunca lo había hecho, iba sí a Misa el domingo, pero la visita, no, la persona en cuestión le dijo, “Ven sólo unos minutos, ya veras como te cambia la vida, como te hace crecer como te ayuda”
y, la otra persona empezó a ir, pasaron unos meses y un día la persona invitada, le dijo a la otra, que no volvía, porque “la visita al Santismo, no valía para nada”, su negocio iba mal, su marido andaba de picos pardos, y, ella hasta había engordado
La otra se río y le dijo, y que tiene que ver Nuestro Señor, con que vaya mal tu tienda, no será que atiendes mal a los clientes, o cobras caro, de tu marido, intenta atraerlo, y de engordar hija mía, si te atiborras de dulces
Yo te dije porque lo sé por mí, que ibas a crecer en el alma, que te ibas a llenar de su amor, a tener fuerza
La otra persona no volvió porque “no le valía para nada”, no le valía para lo que ella quería
Es una pena que hagamos de la religión un ídolo que caigamos en la religión utilitarista
Somos llamados a servir a Dios, no a convertirlo en nuestro criado