No hay nada ni nadie que pueda lograr que Dios deje de amarnos.
Dice San Pablo mejor dicho El Espíritu Santo, que nada ni nadie, y cita todos los coros angélicos, ni el Infierno, ni la vida ni la muerte, podrán apartarnos del Amor de Dios, manifestado, en Cristo Jesús, y, nos recuerda que todo es nuestro, nosotros de Cristo, y, Cristo de Dios, y, en otro lugar nos recordará que el Amor de Dios se manifiesta en que siendo nosotros pecadores, Cristo murió por nosotros.
Y, en el Evangelio de Juan, El Espíritu Santo, nos dirá que tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo
Dios nos ama, por eso existimos, no fuimos creados y recreados cada día, porque Dios nos necesite, Dios nuestro Dios que es Uno y Trino, tiene en sí mismo todas las excelencias,, ni para tener a quien amar, porque Dios son Tres Personas que se aman infinitamente, como sólo Dios puede amar, y ser amado
Así que nuestra creación fue un acto gratuito, y de Amor, nos amó y nos creó, pero es que además nos creo y nos recrea a sabiendas viendo nuestras traiciones, fallos, desobediencias, y, va más lejos, nos manda a su Hijo, que se humilla, hasta lo más bajo haciéndose hombre, El Hijo es Dios, el mismo Dios que el Padre, así que podemos verlo también como que Dios Hijo se humilla hasta el fondo, llega a los más bajo haciéndose hombre, uno de tantos, sólo se priva del pecado, y, lo hace para enseñarnos el Camino de vuelta al Padre, a Él, a obedecer, para que todo hombre pueda ser hijo de Dios, pero Dios sabe, que no lo vamos aceptar, los hombres no van aceptar a su Hijo, Dios sabe que vamos a crucificar a su Hijo, nos lo entrega igual, y, en su muerte nos abraza, y, al resucitar a su Hijo, nos resucita con Él, y, cuando su Hijo "se sienta con su Humanidad a su Derecha", allí nos sienta a nosotros, por eso La Liturgia, que forma La Tradición divino apostólica, canta el Viernes Santo
"La Cruz es el abrazo de Dios, con los verdugos de su Ungido", en lugar de condenar a la humanidad por crucificar y rechazar a su Unigénito, Dios nos abraza, y, lo hace ya como Padre
Y, en el Pregón pascual, al final se dirá "Que incomparable ternura y caridad, para rescatar al esclavo entregaste al Hijo"
Y, no olvidemos que en Dios es todo presente, para Dios, Cristo pende de la Cruz, y, está resucitado
Dios nos abraza en su Hijo, lo entrega por nosotros, no lo manda a satisfacer ofensas, somos un grano de arena, menos que eso ante Él, ni para salvar su honra, Dios no tiene honra, lo siento San Anselmo, pero te equivocaste, Dios es el Otro, "Él que es", la honra es cosa nuestra que vivimos de la fama y las apariencias, Nuestro Dios tiene todo bien en sí mismo, nadie hay por encima del
Y, amándonos de este modo, nunca dejará de hacerlo, pero nosotros porque él nos hizo libres, si podemos dejar de amarlo, decirle No, con nuestra vida, mantener el No, morir de "espaldas a Él", y, optar por una Eternidad de Infierno, por decisión propia, nunca de Dios Padre, ni de Dios Hijo al que tanto costamos, ni de Dios Espíritu Santo.
Que Dios nos ayude a decirle que Sí