Los ídolos son inocentes
Un ídolo es aquello que yo pongo en el lugar de Dios, que hago mi “absoluto”, aquello en lo que me quedo, y, que no me lleva a Dios
Los ídolos son fabricaciones humanas, pero no hay que pensar sólo en imágenes de dioses paganos, sino en cualquier cosa, situación, persona, deseo, que yo transforme en un ídolo, y, encima esté contenta con ello
Y, le agradezca incluso lo dones el bien que recibo de Dios
Cuando los judíos hacen el becerrin de oro, tienen el descaro de llamarlo, “Yhv”. “Este es yhv, que nos sacó de Egipto, dicen frente al becerrin dorado, y, añaden mañana habrá fiesta en su honor”, esa es la idolatría, y, el becerrin no tenía culpa de nada, él era un objeto
Lo mismo cuando uno hace del trabajo, de la familia, de su honra... su absoluto, a lo que dedica todo, por lo que está dispuesto , incluso a ir contra su conciencia, al que le agradece lo bueno que tiene en su vida en lugar de a Dios, eso es un ídolo, pero ni el trabajo, ni la familia ni la honra, se convierten en algo malo, lo malo es culpa de quien los absolutiza
Pero no queda ahi, la cosa, también con las cosas buenas, y, hasta santas se puede hacer un ídolo, decía el Papa Francisco, que el santo que no lleva a Jesús no es santo, ni siquiera cristiano. No lo es para quien lo invoca
Si la lectura de la Biblia no me lleva a Dios, y, pongo a la Biblia por encima de Dios, la Biblia es para mí un ídolo, pero la culpa no es de la Biblia es mía
Si la devoción al santo que sea, incluso a la Madre de Dios, me hace quedarme ahi, en ir a pedir, no a imitar como él santo imito a Cristo, o como María imito a su Hijo, sino a pedir, a comer rosquillas si es San Isidro o San Blas, si incluso dejo, la oración personal con Dios, o el acudir a Misa en domingo, porque voy a la romería de San X, o de La Virgen de tal pueblo, donde no hay Misa, estoy poniendo al santo, o la Virgen en el lugar de Dios, si doy las gracias primero y únicamente al santo, y, no a Dios que me escucho por su siervo, lo estoy haciendo un ídolo, no que el santo lo sea, ni que la Madre de Dios lo sea, soy yo, la que me fabricó unas figuras mentales que no existen
Sí me confieso para sentirme bien, en lugar de para dejar que Jesús me abrace con su Misericordia, lo mismo
Pero el ídolo es fabricación, el objeto o la persona transformada en ídolo sigue siendo quien es, por eso el título de los ídolos son inocentes
Y, la culpa es ya cosa de Dios que ve la conciencia de cada uno